Inversión extranjera y desarrollo

Inversión extranjera y desarrollo

RAMÓN NÚÑEZ RAMÍREZ
Todos los países que en las últimas cuatro décadas han dado el salto al desarrollo y elevado el nivel de ingreso de su población se han caracterizado por la aplicación de una serie de políticas tales como incentivos a la inversión extranjera, un ambiente de estabilidad económica y política, reglas claras y duraderas, además de una política educativa de largo plazo dirigida a preparar los técnicos y profesionales requeridos por el  proceso  de industrialización.

En la década de los sesentas del siglo pasado los cuatro tigueres asiáticos, Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y Singapur eran básicamente sociedades agrícolas con un ingreso per-cápita similar a la República Dominicana de entonces, sin embargo esas naciones impulsaron reformas económicas, estimularon el ahorro interno, invirtieron masivamente en la educación de sus pueblos y se ocuparon de atraer los capitales extranjeros dispuestos a utilizar en una primera etapa la abundante y barata mano de obra, dando así el salto de sociedades agrícolas a industriales, por supuesto, contaron con la posibilidad de exportar al mercado de la primera potencia mundial, interesada entonces en promover el desarrollo de esas naciones para enfrentar con éxitos económicos el modelo socialista.

En los ochenta esas naciones iniciaron los cambios en su estructura industrial, pues los costos de la mano de obra se había elevado, pasando a un modelo de capital intensivo, alta tecnología, así como el desarrollo de un importante sector de servicios. En la actualidad gracias a esas políticas coherentes, a la apertura a la inversión y a un espíritu exportador, Taiwán exhibe un producto per cápita dos veces y media mayor que Chile, la nación mas desarrollada de América Latina, Hong Kong presenta un producto per cápita 3.2 veces mayor que México, Corea del Sur casi dos veces mayor que Costa Rica y en la diminuta Singapur sus 4.5 millones de habitantes tienen un per cápita cuatro veces mayor a los dominicanos.

Los paradigmas no se han agotado y tenemos un elenco de nuevas naciones que en la última década del siglo pasado y ahora en el siglo XXI han dado el salto a la industrialización y el desarrollo acelerado en un tiempo menor que los dragones asiáticos.

China, La India e Irlanda representan los nuevos modelos de países que impulsaron reformas económicas, se abrieron a la inversión extranjera y hoy exhiben tasas de crecimiento que les ha permitido en algunos casos, como Irlanda, convertirse en una de las naciones de mayor ingreso per cápita y en el caso de China y la India elevar el nivel de vida de millones de ciudadanos ubicados por debajo de la línea de extrema pobreza.

Irlanda hace apenas 15 años era una de las cenicientas de Europa y ahora gracias a políticas como las enumeradas, y, por supuesto el ingreso a la Unión Europea, ha convertido una nación históricamente pobre en un país desarrollado, cuyo ingreso per cápita de US$41,000 anuales (paridad de poder adquisitivo) compite con los Estados Unidos y es superior a Francia, Alemania y sus otrora vecinos ricos del Reino Unido.

China, una nación extremadamente pobre con mil trescientos millones de habitantes y un régimen comunista, se ocupó de crear las condiciones para hacerse atractiva a la inversión extranjera y ofertando una mano de obra barata y productiva han logrado más de una década con tasas de crecimiento de dos dígitos y si bien todavía hay 800 millones de chinos por debajo del umbral de la extrema pobreza (China exhibe un per cápita de US$6,800 inferior al dominicano de US$7,000) han logrado incorporar 250 millones de chinos al mercado del consumo y se estima que en dos décadas esa nación tendrá un nivel de ingreso similar a los Estados Unidos, convirtiendo el siglo XXI en el siglo chino, así como el pasado fue el siglo americano.

República Dominicana, contrariando todas las apuestas negativas sobre el futuro de América Latina, puede dar el salto al desarrollo gracias a que cuenta con una posición geográfica envidiable, apenas a horas de avión o barco de la costa Este del principal mercado mundial, los Estados Unidos, y además está a punto de ingresar a un Tratado de Libre Comercio con ese mercado y un grupo de naciones competidoras con similar nivel de desarrollo, algunas de las cuales cuentan con mayores ventajas en término de los costes energéticos y de mano de obra, sin embargo el país presenta ventajas en término de las telecomunicaciones, infraestructura y un know how en materia de zonas francas y turismo.

La República Dominicana, que fue el país más exitoso en materia de aprovechamiento de la Iniciativa para la Cuenca del Caribe y es una potencia turística regional, puede mejorar sostenidamente los niveles de competitividad y convertirse en el nuevo paradigma de crecimiento y desarrollo regional, en la medida que esta sociedad logre darse una agenda de mediano plazo que el actual y los gobiernos sucesivos apliquen, profundizando las reformas económicas y sociales, eliminando trabas burocráticas y simplificando los procedimientos para la instalación de empresas, reduzcan los niveles de corrupción, mejoren la transparencia publica, incrementen la cantidad y calidad del gasto en educación, salud e infraestructura y, por supuesto, enfrenten con éxito las altas tasas de criminalidad.

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