Inversión privada será vital para lograr recuperación económica que requiere el país

Inversión privada será vital para lograr recuperación económica que requiere el país

POR CLAUDIO CABRERA
El aumento de la confianza de los inversionistas nacionales y extranjeros, asociados a un incremento en el consumo y la inversión privados, marcarán en el corto y mediano plazos, el éxito o el fracaso del programa económico acordado por las autoridades con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Para asegurarse de que los resultados elegidos sean alcanzables, las actuales autoridades monetarias están llamadas a cumplir estrictamente con el programa económico del país durante la vigencia del “Acuerdo Stand By” con el Fondo.

Conscientes de que una mayor participación privada requiere de condiciones financieras favorables, las autoridades han mostrado su preocupación sobre la necesidad de situar el sistema financiera en posición de facilitar el nuevo escenario, por lo que requieren de algunos cambios importantes.

De aquí que las ejecutorias en materia económica resulten vitales para que en el transcurso de los próximos dos años, la economía esté recuperada y pueda volver a exhibir un crecimiento previo al cataclismo en que la sumieron desacertadas decisiones de las autoridades monetarias anteriores.

Por esta situación, muchos analistas y economistas tienen sus ojos puestos en las metas fiscales propuestas para ser ejecutadas entre los años 2005 y 2006, ya que los organismos multilaterales, así como la comunidad financiera internacional, serán los expectadores internacionales que validarán el fin de la crisis, al medir los resultados.

Estos postulados fueron acogidos por las autoridades en el documento presentado ante el FMI para suscribir el nuevo acuerdo “Stand By”, en que se señalan como elementos claves a tomar en cuenta, las “políticas macroeconómicas y estructurales dirigidas a fortalecer la estabilidad de precios y asegurar la reactivación del crecimiento sostenido”.

A juzgar por las metas elaboradas conjuntamente por el actual equipo económico que integran el Secretariado Técnico de la Presidencia, la Secretaría de Finanzas y el Banco Central, el país deberá crecer en un nivel modesto para este año 2005 hasta un 2.5% del Producto Bruto Interno (PBI).

Niveles de crecimiento superiores tan sólo pueden lograrse en la medida en que se ejecute “un programa sólido y coherente que permita a la República Dominicana solidificar la naciente estabilidad y establecer las condiciones para sostener el crecimiento a mediano plazo”, tal como precisa el documento.

Mientras la inflación se plantea en un tope oscilante entre el 11 y el 13% durante el mismo año que inicia, se estima crucial la necesidad de que el país aproveche el clima de confianza que han despertado las medidas para propiciar la vuelta de capitales que salieron de la nación entre el 2003 y el 2004, cuyo retorno está previsto, en vista de los primeros resultados que registran los logros obtenidos en el marco macroeconómico del 2004.

Luego de un período de recesión económica prolongado, el ejercicio económico del país el año pasado cerró con cifras significativas de crecimiento, en un 2.0% del PBI, mientras la inflación se reducía desde el 29% registrado el año pasado hasta niveles mucho más significativamente reducidos.

Se da por descontado que en el transcurso de estos dos años de vigencia del acuerdo con el FMI, las finanzas públicas deberán estar sujetas a los propios términos en que el gobierno las confinó para contrarrestar la tendencia volátil de la tasa de cambio y la volubilidad de la masa monetaria, en vista de que sendos factores son esenciales para mantener los niveles de precios deseados.

A su vez, los parámetros de precios, que se equiparan en el mercado en estrecha vinculación con el manejo del flujo de pesos y moneda extranjera fuerte, constituyen el mejor indicador para atraer la suficiente confianza de inversionistas extranjeros y nativos que, de nuevo, ya han comenzado a repatriar sus divisas al país.

ALERTA,  SECTOR PRIVADO

El perfil de las metas propuestas por las autoridades plantea la necesidad de una complementariedad en las acciones económicas destinadas al incremento en el flujo de inversión, lo cual sólo puede lograrse dentro de un marco de estabilidad cambiaria, monetaria y financiera.

En los hechos, estas metas han inspirado el programa monetario gubernamental, dado que los recursos de que dispondrán las autoridades para servir proyectos, estarán limitados por los crecientes gastos en que incurrirá el país para cubrir su deuda externa, así como para cubrir otros compromisos, como la factura eléctrica con su correspondiente subsidio, las importaciones de gas licuado de petróleo (GLP) y atender la nómina pública y otros gastos corrientes. 

Para cumplir los requisitos de la programación prevista, las autoridades económicas y monetarias se plantean que en el transcurso del segundo año de aplicación del acuerdo con el Fondo, o sea, para el 2006, el país logre topes de crecimiento cifrados en más del 4%. La inflación proyectada se sitúa en un 8.0%, en tanto las reservas internacionales netas serán de US$650.0 millones.

Este marco propuesto, en caso de ser cumplido, podría confinar la confianza que preside a todo proceso de crecimiento económico, una vez pasada la resaca de la crisis, tal como ha sucedido con posterioridad a los últimos acuerdos efectuados con el Fondo Monetario Internacional.

De esta manera, las autoridades gubernamentales y económicas se plantean restaurar el crecimiento económico en el corto plazo, conscientes de que como resultado de los ajustes que conllevará dicho acuerdo, el gobierno estará limitado para efectuar importantes desembolsos de capitales para proyectos, al menos en el curso del 2005.

No obstante, y en previsión a un estancamiento de la inversión pública en proyectos que dinamicen la economía, el gobierno negoció desde antes del ascenso al poder, varios proyectos y financiamientos bilaterales y con capital privado, en atención a poder financiarlos. Entre otros, figura el levantamiento del proyecto para la erección de un Metro Urbano, cuya cristalización, según el ingeniero Diandino Peña, arranca en marzo de este año.

Un buen indicador de que las autoridades prepararon el escenario para una mayor participación activa del sector privado en proyectos de inversión como complemento a las acciones públicas, lo constituyen las proyecciones sobre el aumento previsto de las importaciones desde este año.

En tal sentido se refiere el recién documento de las autoridades monetarias, de que tanto las importaciones como la inversión privadas, aumentarán “a niveles previos a la crisis”.

“En la cuenta de capital -refiere el documento conjunto de las autoridades económicas-, se proyecta que los flujos salientes de capital privado disminuyan, a medida que se recupere la confianza en el sistema bancario y en la economía, y se fije como meta que las reservas internacionales netas se incrementen a niveles más apropiados”.

Por esta misma causa se ha previsto que el superávit de la cuenta corriente externa disminuya del 5.8% del PBI que se registró en el 2004, hasta colocarse en menos del 1 por ciento al 2006.

Tales previsiones indican que tanto las autoridades gubernamentales como los agentes económicos privados esperan que por el comportamiento de estos resultados, el país logre retomar el camino del crecimiento.

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