Inversionistas buscan pistas
en medio de la turbulencia

Inversionistas buscan pistas<BR>en medio de la turbulencia

Por Richard Beales. En Nueva York, con notas  de Stacy-Marie Ishmael y Michael Mackenzie
La marcha hacia las alturas de los rendimientos de los bonos por  todo el mundo estos últimos  días, tiene el aire de un cambio auténtico en el sentimiento del mercado. Ante la ausencia de un catalizador evidente, ha surgido una serie de razonamientos posibles, que van desde los temores por la inflación, hasta un descenso en  la demanda de los inversionistas.

¿Qué factores funcionan como impulsores de los rendimientos más altos? Y si los retornos de los bonos se van a mantener elevados, ¿cuáles con las implicaciones para el crecimiento económico y las condiciones del crédito?

Robert Lind, un economista de ABN Amro, ofrece algunas razones para las ventas de bonos a largo plazo durante la última semana, que ha sido más seria en EEUU, aún después de un rebote en los precios de los bonos del Tesoro el miércoles.

 “Primero, parece haber se producido una venta técnica de los tenedores de títulos respaldados por hipotecas (MBS). Mientras las tasas suben, estos inversionistas esperan menos actividad de refinanciamiento, lo cual incrementa la duración de sus posesiones en MBS, y ellos tienen que vender bonos del Tesoro a largo plazo para compensar esto”.

Segundo, señala la especulación de que los bancos centrales de Asia pueden haber limitado la compra de bonos de Tesoro estadounidense con  fechas largas, a favor de títulos con vencimiento más próximo.

Las pruebas que apoyan esto, que citan otros analistas, incluyen el débil interés el martes en la subasta de bonos del Tesoro a 10 años e indicios anecdóticos de que los bancos centrales extranjeros están diversificando sus inversiones -incluyendo la  vía para la  formación de fondos soberanos de riquezas por parte de los gobiernos, como el de China.

“Tiene importancia que Asia ya no compre los bonos a 10 años y esté colocando su dinero en billetes del Tesoro”, dice Gerald Lucas, principal asesor de inversión del Deutsche Bank.

Al final, dice Lind, los inversionistas parecen haber reconsiderado el panorama económico. “En particular, se han apartado de la fuerte expectativa de nuevos recortes en las tasas por parte de la Reserva Federal”.

Al menos en EEUU, el mercado de los bonos del   Tesoro protegidos de la inflación no ha constituido  un factor importante, dice Stephen Lewis, economista de Insinger de Beaufort.

“Un rasgo destacado del alza en los rendimientos de los bonos del Tesoro es que ha reflejado en gran medida un aumento en los rendimientos reales, más que un incremento en la compensación por inflación que demandan los inversionistas”.

Los temores por la inflación desempeñan un papel más importante en Europa, porque el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra han estado elevando las tasas de interés a mediano plazo tratando  de combatir la amenaza del aumento de los precios.

Allá, los rendimientos de los bonos del gobierno, también han estado subiendo. “Ha habido una reevaluación seria de las perspectivas de la tasa de interés”, dice David Bowers, director administrativo conjunto de Absolute Strategy Research, quien es además de asesor de Merrill Lynch.

Los administradores de fondos consultados por el banco de inversión ajustaron sensacionalmente sus expectativas sobre las tasas de interés globales este mes, y esperan que los rendimientos de los bonos continúen subiendo, tanto en el corto como a largo plazo.

 “Lo que estamos presenciando ahora es la revelación del rompecabezas  de Greenspan”, dijo Bowers, refiriéndose a la perplejidad del ex presidente de la Reserva Federal de EEUU sobre el bajo nivel de las tasas a largo plazo, comparadas con los rendimientos a corto plazo de años recientes.

El cambio al alza en las tasas también pudiera reflejar un crecimiento inesperadamente fuerte. “La economía global, lejos de estar perdiendo velocidad, podría estar en realidad  volviendo a acelerare”, dice Alex Patelis, jefe de investigaciones económicas internacionales de Merrill.

 “La política no ha sido tan rígida como debiera; ha sido demasiado estimulante, y lo ha sido por un tiempo muy largo”.

Esta línea argumental indica que el aumento en las tasas, inicialmente, podría ser un acompañamiento relativamente benigno del fuerte crecimiento.

Para Teis Knuthsen, jefe de estrategia de Danske Bank, eso ayuda a explicar la reacción relativamente más moderada  de los mercados de acciones que han sufrido solo en forma modesta, dado el fuerte aumento de los rendimientos en los bonos a 10 años.

 “Creemos que el resultado neto -rendimientos más altos en los bonos y una corrección modesta en las acciones, además de  la especulación continua con las divisas- tiene sentido, considerando la posición de la economía global”, dice. Sin embargo, añade que el vuelco en al ciclo de las tasas de interés no se debe ignorar. “El aumento en las tasas reales indica que ahora estamos observando un cambio secular en el precio real de la moneda”.

El aumento en los costos del préstamo y una disponibilidad más restringida del crédito podrían, finalmente, erosionar las ganancias corporativas y el crecimiento -y restar velocidad al “boom” de compras-. Esto, además de hacerle un daño mayor a los precios del mercado de acciones corrientes.

William O¨Donnell, estratega de bonos en UBS, dice: “El alza enorme en las tasas de interés en 1987 no solo provocó un derrumbe en los precios de las acciones, sino que también sembró la semilla de la desaparición de las industrias de la vivienda y de ahorros y préstamos durante algunos años que siguieron.

“Tememos un resultado similar para EEUU en los próximos años. Nos tiene mirando ansiosos por un punto de entrada en los `Treasuries´ de EEUU, mientras que no al negocio de hoy”.

La víctima más evidente de tasas más altas pudieran ser el ya frágil mercado inmobiliario de Estados Unidos.

David Ronsenberg, economista para América del Norte de Merill Lynch, dice: “Seguimos pensando que la baja en la vivienda va a extenderse hasta el año próximo, y este fuerte aumento inducido por los bonos en las tasas hipotecarias, cerca del umbral de 7%, solo va a servir para acentuar el vuelco en las ventas y los precios”.

Añade que si bien él elevó su pronóstico sobre los rendimientos sobre los bonos a 10 años a 5.5% en el corto plazo, espera que “regresen al 4.5% en los próximos años, en la medida en que los movimientos de las tasas del mercado extiendan la caída en la vivienda”.

Mientras tanto, los inversionistas del crédito también están lidiando con las implicaciones de tasas de interés más altas. Hasta el punto en que reflejan un fuerte crecimiento económico, es un tanto positivo para la calidad del crédito, dicen los analistas. Pero cualquier ajuste de la disponibilidad del crédito pudiera funcionar en la otra forma; como podría hacerlo cualquier señal de que las tasas más altas están pinchando el crecimiento.

Kingman Penniman, de KPD Advisors, una consultoría sobre alto rendimiento, dice que solo una larga serie de fracasos en compañías podría sacudir seriamente a los inversionistas. Los aumentos en los “defaults”, que en la actualidad se encuentran en una baja histórica, por lo general, retardan los picos de los préstamos agresivos durante varios años.

El mercado de bonos  basura, dice, lo más probable es que esté esperando una seña con cualquier golpe a los mercados de acciones. “Mi criterio es que el mercado de  acciones hará bajar más el alto rendimiento”.

VERSIÓN AL ESPAÑOL IVÁN PÉREZ CARRIÓN

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