Invertir en conservación ambiental es un gran negocio para un país, dice expert

Invertir en conservación ambiental es un gran negocio para un país, dice expert

SAN JOSE. AFP. Invertir en conservación ambiental genera enormes beneficios para los países, pero muchos no tienen en cuenta esta realidad en sus planes de desarrollo, señaló este martes un experto que participa en un foro regional sobre áreas protegidas en la capital costarricense.

«Queremos demostrar que las áreas protegidas son una buena inversión, hay estudios hechos en muchos países que demuestran que la inversión (en estas áreas) rinde entre 35 y 60 veces el monto original», dijo a la AFP Ernesto Enkerlin, de la ONG Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

En un país como Costa Rica, que dedica el 25% de su territorio a la conservación, «solo en el rubro de turismo los beneficios representan el 4% de su Producto Interno Bruto (PIB)», señaló Enkerlin, presidente de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas de la UICN, en entrevista con la AFP.

En el caso de México, el retorno en turismo es de ocho veces la inversión, «eso es dinero contante y sonante, pero no es el único beneficio», manifestó.

Sin embargo, «aún es un problema delicado que las áreas protegidas no se vean como una prioridad económica y que no se reflejen en las políticas de desarrollo de los países», indicó el experto de UICN.

«Mientras se mantenga esa mentalidad y se sigan considerando las áreas protegidas como un asunto de interés de los conservacionistas, estamos perdidos», advirtió.

El especialista participa en el IV Congreso Mesoamericano de Areas Protegidas que se instaló este martes en San José, en el cual participan los ministros o encargados de Ambiente de la región, académicos, organizaciones no gubernamentales y representantes de pueblos indígenas y afro-descendientes, entre otros sectores.

 – Del polen a las grandes finanzas. Según Enkerlin, los servicios que prestan las áreas de conservación son múltiples, valiosos y muchas veces inimaginados para el común de las personas y con frecuencia para los mismos diseñadores de políticas públicas.

«Actualmente hay una crisis de polinizadores, lo cual está afectando la agricultura en muchas partes del mundo, y las áreas silvestres protegidas son una fuente importantísima de polinizadores que pueden contribuir a solventar el problema a muy bajo costo», anotó.

También son reservorios de carbono y su conservación es una medida importante de adaptación frente al cambio climático y los problemas meteorológicos extremos.

«En países como México, Belice, Honduras o Nicaragua, los huracanes producen un fuerte impacto en la infraestructura y ponen en riesgo muchas vidas humanas, pero se ha visto que en las áreas bien conservadas, los pérdidas humanas y materiales han sido mucho menores», aseguró el experto.

Entidades financieras y de seguros a nivel mundial han empezado a tomar en cuenta estos hallazgos, que ya han sido demostrados y contabilizados.

Algunas compañías aseguradoras incluyen entre los criterios para definir las primas de sus pólizas la circunstancia de que los países o regiones donde se desarrollan los proyectos asegurados desarrollen adecuadas políticas de conservación y cumplimiento de la legislación ambiental, aseguró Enkerlin.

«Las empresas que están en lugares de mayor riesgo, más vulnerables por inadecuadas políticas de conservación, son penalizadas con primas más altas», señaló.

– Cambiar bosques por cultivos. Actualmente, las áreas protegidas representan el 20% de la superficie del planeta, pero son muy fuertes las presiones que podrían inducir a una reducción de esos porcentajes.

«La principal amenaza es la expansión de la frontera agrícola», afirmó Enkerlin sobre la tentación de cambiar bosques por cultivos para la producción de biocombustibles.   En los últimos cinco o seis años, «se han perdido miles de hectáreas de bosque por ese concepto equivocado de desmontar ambientes naturales para alimentar a las máquinas», señaló el experto.

Otro problema detectado por la UICN, una de las organizaciones ambientalistas más grandes del mundo, es la debilidad de los marcos jurídicos que definen las áreas protegidas en muchos países.

En tales contextos, explicó, es peligroso que proyectos económicos de gran envergadura puedan tumbar los marcos jurídicos con un buen abogado, y así se acaben imponiendo los intereses comerciales sobre el bien público.

El IV Congreso Iberoamericano de Áreas Protegidas, que se prolongará hasta el viernes, se realiza cada tres o cuatro años y su objetivo es intercambiar experiencias y conocimientos acumulados en los países centroamericanos, México y República Dominicana.

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