Invertir en nutrición

Invertir en nutrición

El pasado 8 de junio, legisladores, científicos, ONGs y líderes empresariales se congregaron en Londres para una reunión de alto nivel sobre nutrición, como parte de los preparativos del G81.

De todos los temas que dominan nuestra atención, la nutrición debe llevarse nuestra preferencia. La mala alimentación no es solamente la gran responsable de la mortalidad infantil en todo el mundo2, sino que también resulta moralmente inaceptable que en un mundo con suficientes alimentos, casi mil millones de individuos sigan padeciendo hambre. Pero la razón más importante es la que no se ha oído aun: la alimentación es la mejor manera de invertir un dólar para hacer el bien en el mundo.

Lo sabemos gracias al proyecto mundial del Consenso de Copenhague. Se pidió a más de 60 economistas líderes, cuatro laureados con el premio Nobel, que analizaran un gran número de desafíos y que vieran en qué campo se podía lograr más. De todas las soluciones, hallaron que la nutrición era la mejor y la más costo-efectiva, porque implica beneficios por un precio reducido.

Alrededor de 925 millones de personas padecen hambre en el mundo; y casi 180 millones de niños en edad pre-escolar no reciben los nutrientes  elementales. Las nuevas investigaciones demuestran  cómo podemos ayudar a las generaciones venideras. John Hodddinott  del International Food Policy Research Institute y Peter Orazem de la Universidad de Iowa demuestran cómo una inversión de 3 mil millones de dólares al año serviría para comprar un paquete de intervenciones en nutrición, incluida la provisión de micronutrientes, alimentos complementarios, tratamientos para la diarrea y enfermedades parasitarias, y programas  para cambio de conductas, que reduciría la malnutrición crónica en casi 36% en los países en desarrollo.

Lograr esto es asegurar que más de 100 millones de niños podrían desarrollarse sin trastornos del crecimiento y conservarían los beneficios para el resto de sus vidas.

Podemos comprobarlo con mayor claridad en el seguimiento reciente de un experimento en Guatemala. El estudio empezó en el año 1969, cuando un grupo de niños en edad pre-escolar de cuatro poblados recibieron buena alimentación a diferencia de otros niños  de la misma edad en otros poblados cercanos. Los investigadores hicieron un seguimiento  35 años más tarde, cuando los niños habían alcanzado los 30 y 40 años de edad aproximadamente, y observaron diferencias marcadas en quienes habían recibido  mejor alimentación en su niñez3.

Estos niños tuvieron una escolaridad más prolongada y mejores calificaciones en pruebas de habilidades cognitivas en la adultez. Tuvieron un mejor desempeño en el mercado marital,  mejores sueldos y más posibilidades de desarrollar una profesión y obtener trabajos mejor pagos. En el caso de las mujeres, tuvieron menos embarazos y menor riesgo de pérdidas de embarazo o de niños nacidos muertos. En conclusión, tuvieron vidas mucho mejores.

La nutrición fue la única diferencia. Su cuerpo y su masa muscular se desarrollaron más rápido, sus capacidades cognitivas mejoraron y su escolaridad fue más prolongada. Cuando se midió el ingreso, se concluyó que los niños bien alimentados tendrían sueldos tres veces más altos en la vida adulta. Serían más productivos, tendrían menos hijos y participarían  de un ciclo virtuoso decrecimiento marcado.

Al aplicar experiencias como esta, los economistas  pueden estimar los beneficios que tendría una mejor política alimentaria. Finalmente,  cuando todos los beneficios se traducen en términos económicos, cada dólar invertido en alimentos lograría US$59 de bienestar en el mundo. Entonces, mientras que esta solución rara vez recibe aplausos, un esfuerzo a gran escala  podría lograr una gran diferencia.

Los líderes del mundo tienen una gran responsabilidad. Puede que la nutrición no sea el tema más atractivo en la agenda, pero dado que puede lograr tanto bien, debe ser la prioridad.

1 http://www.interaction.org/work/g8g20

2 https://www.gov.uk/government/news/uk-to-host-high-level-meeting-on-global-nutrition-and-growth

3 http://www.ifpri.org/sites/default/files/publications/ifpridp01073.pdf

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