Con el presupuesto de 129 mil 873 millones de pesos recientemente aprobados para el Ministerio de Educación, se abre una gran oportunidad para destinar importantes partidas para la investigación y propiciar el fomento del empleo, especialmente entre los jóvenes del país.
El presidente de la Republica, Lic. Danilo Medina, ha inaugurado escuelas y ha extendido la jornada escolar en lugares que necesitaban de planteles escolares. Ahora, el paso que sigue es destinar una gran parte de esos recursos para las labores de investigación, en coordinación con el sector empresarial, a fin de aliviar gran parte del desempleo y la pobreza. Muchos jóvenes terminan sus estudios secundarios y hasta universitarios, sin esperanza de conseguir una oportunidad de empleo, y eso es desesperante para cualquier familia pobre.
La falta de empleos contribuye a reducir la auto-estima y el desarrollo humano de los jóvenes, que al verse sin acceso al trabajo y otras oportunidades socio-económicas a las que tienen derecho, los empuja a la delincuencia.
Cuando estuve como diplomático en Corea del Sur, me invitaron a otorgar un reconocimiento a estudiantes de secundaria que habían realizado investigaciones que habían sido registradas y patentizadas por una empresa privada dedicada a producir bebidas y alimentos energizantes. Y eso bien puede ser emulado por nuestras autoridades, la academia y el empresariado dominicano.
Ciertamente, hay que aumentar los recursos para la investigación. Y esa labor debe ser un esfuerzo importante de apoyo a las “visitas sorpresas” que impulsa el primer mandatario. Hay que establecer laboratorios y buscar asesoría internacional para fomentar esas investigaciones. Debemos convertir las aulas recién inauguradas por el Presidente no solo en áreas de la enseñanza, sino en centros de investigación para agregar valor a los sectores productivos en las distintas provincias del país.
La investigación también puede contribuir al apoyo de la formación y capacitación docente. Una educación de calidad requiere una renovación de los conocimientos.
Asimismo, el Ministerio de Educación Superior tiene asignado para el 2016 un presupuesto de unos 11 mil millones de pesos. Bien podría articular una mayor cooperación con las universidades privadas y la estatal a los fines de asignar también mayores recursos a la investigación que contribuyan al desarrollo del país, a la generación de empleos y a la reducción de la pobreza.
El éxito del milagro coreano, del que pude palpar con mis propios ojos, tiene que ver con la coordinación de las políticas del Estado, la academia y el sector privado en el área de investigación y desarrollo.Se debe impulsar, pues, una estrategia de investigación e innovación, que permita apoyar a las actividades productivas y aumentar el empleo entre los jóvenes del país.