Investigación en cardiología: rezagada y sin estímulo en RD

Investigación en cardiología: rezagada y sin estímulo en RD

POR JOSÉ PIMENTEL MUÑOZ
Como la enfermedad cardiovascular constituye la primera causa de mortalidad en el país y el mundo, es fundamental promover y realizar continuamente labor de investigación en el ramo cardiovascular. En estos momentos se discute si es adecuado el trabajo de investigación en cardiología que se realiza en República Dominicana, si interesa a mucha gente y si recibe buen respaldo.

Sobre el tema, de suma importancia en el sector salud, hemos cuestionado al doctor Rafael Pichardo Estévez, quien tiene varios años dedicados a la investigación en el área de cardiología, en la que, además, es un reputado clínico.

Pichardo cree que “la investigación propiamente dicha sigue estando muy rezagada como toda la medicina en general”. Y aclara que “no se puede confundir la medicina de vanguardia con investigación original” ni calificar de investigación los reportes de casos clínicos y de actividades (registros) de grupos médicos cardiológicos.

De todas maneras reconoce que “en los últimos 10 años ha habido alguna investigación seria en el campo epidemiológico dirigida a establecer nuestras realidades y nuestros números dominicanos. También puede llamarse investigación la que se practica con ensayos clínicos (investigación de medicamentos) y con estudios multicéntricos que se originan en otras latitudes y en los cuales el país participa con población autóctona”. Esto último, estima, agrega valor a la pesquisa en función de que nuestra población no tiene que responder como otras a las acciones de determinados fármacos.

Pichardo es el jefe de investigaciones del Instituto Dominicano de Cardiología (IDC), que ha trabajado mucho en investigación cardiovascular en las últimas dos décadas. En los últimos años otras entidades, como CEDIMAT, Clínica Corazones Unidos y los hospitales Salvador B. Gautier y José M. Cabral y Báez, han realizado algún tipo de labor de investigación. Los resultados se exponen, generalmente, en los congresos bi-anuales de la Sociedad Dominicana de Cardiología (SDC).

Al preguntársele en cuáles aspectos se podría hacer en estos momentos labor de investigación en cardiología aquí, el doctor Pichardo cita, en primer lugar, el epidemiológico. A su juicio, se puede escudriñar acerca de “la hipertensión; los problemas de los factores de riesgo para enfermedad cardiovascular; los perfiles de riesgo de nuestros pacientes coronarios; el comportamiento del infarto en nuestra población; el establecimiento de valores de algunos indicadores muy modernos (valores para nuestra población, tratando de no aplicar los foráneos); y los índices de obesidad y síndrome metabólico en el país, etc”.

Pichardo –ex director del IDC y ex presidente de la SDC- va más lejos y observa otros asuntos pendientes en el fascinante y difícil campo de la investigación: “todavía el país no tiene verdaderas estadísticas de mortalidad cardiovascular, estando las que existen muy ‘sesgadas’ por la inexactitud de las actas de defunción con más de 40% de sub-registro. Es una tarea pendiente de toda la ‘inteligencia’ envuelta en el área cardiovascular. También hay material para grandes investigaciones farmacológicas, sobre todo con medicamentos nacionales, en estos momentos que la globalización presiona a la industria farmacéutica nacional, lo que calificaría grandemente esta industria”.

Universidades

Llama la atención que las universidades, que son muchas, no jueguen –como ocurre en otros países- un papel destacado en las investigaciones en cardiología.

En torno a esta inquietud, el doctor Pichardo considera: “las universidades usualmente hacen la investigación básica en los países de primer mundo (en laboratorios, animales, estudios experimentales, nuevas técnicas, etc.), aunque también las grandes universidades adscritas a un gran hospital (o viceversa) son instrumento de desarrollo de grandes proyectos clínicos y de aplicación asistencial. En nuestro país no hay recursos, además los profesores investigadores no existen porque no tienen mercado de trabajo”.

Patrocinio

Al llegar a este punto de la conversación, Pichardo descarta que haya aquí algún patrocinio a la labor de investigación en cardiología: “Prácticamente no hay nada. Solamente la industria farmacéutica patrocina con sus intereses de promoción de medicamentos en el país. La Sociedad Dominicana de Cardiología ha estimulado algunos trabajos, pero siempre contando con esta ayuda. El Estado (o la Secretaría de Estado de Salud) no participa en verdaderos proyectos de investigación en cardiología. Ocasionalmente grupos de trabajo de alguna institución extranjera se interesan porque hay algún dominicano que trabaja allí. Algunas fundaciones internacionales y sociedades a veces patrocinan proyectos educativos, pero raramente de investigación”.

En el último Congreso Centroamericano y del Caribe de Cardiología en La Habana, en julio recién pasado, Pichardo fue designado director del Consejo de Investigaciones de la Sociedad Centroamericana y del Caribe de Cardiología, con miras a desarrollar proyectos comunes en la región. Esta Sociedad agrupa a Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Puerto Rico, Panamá y República Dominicana.

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