El sistema de seguridad social de la República Dominicana excluye a las personas con enfermedades catastróficas, contagiosas y con discapacidad, mientras que no todos los servicios que ofrece son accesibles.
También hay desconocimiento de un gran porcentaje de los usuarios de cuáles son sus deberes y derechos y hay un alto ahorro de bolsillo para la familia, en especial para el régimen subsidiado. Los usuarios del régimen contributivo, sin embargo, están sometidos a los mayores gastos.
Por otro lado, la relación entre el tipo de seguro y la cobertura no influye en la satisfacción de los usuarios del Seguro Familiar de Salud en ambos regímenes, lo que confirma la hipótesis sobre la percepción de los usuarios en relación a la calidad, accesibilidad y equidad en el servicio.
Las precisiones son parte de los aportes de la investigación de la tesis doctoral de Enid Mercedes Gil, quien presentó el tema “Equidad en el acceso a los servicios de salud en los regímenes subsidiado y contributivo como componentes de las políticas de protección social del Estado dominicano” ante la Universidad Oviedo, de Asturias.
En la presentación, en la biblioteca Pedro Mir de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la doctora Gil señala que existe una correlación positiva entre los usuarios en relación con la cobertura y el funcionamiento del sistema, no así en relación a la calidad del servicio que reciben.
“Los beneficiarios del régimen contributivo valoran positivamente el beneficio que en protección de su salud brinda el Estado, en cambio, no existe la misma visión por parte de los usuarios del régimen subsidiado a querer salir de ese nivel de vida por iniciativa propia”, indica.
Señala que los usuarios del régimen subsidiado tienen una percepción positiva y conciencia sobre los beneficios que ellos reciben del Estado dominicano. “Hay satisfacción de los usuarios de ambos regímenes por la mejoría de sus problemas de salud, calidad de vida y la de su familia”.
Recomendaciones. La experta sugiere que la República Dominicana haga aportes significativos a la transformación y el fortalecimiento del sistema de salud para llegar a la aplicación de verdaderas políticas sociales, donde la equidad sea un eje transversal en el acceso a los servicios de salud, de una manera oportuna y de calidad.
Recomienda la mejoría de los indicadores de calidad en la salud que se brinda a los ciudadanos, utilizando herramientas innovadoras para lograr metas alcanzables que den respuesta a las necesidades de la mayoría de la población que más necesita.
Propone la expansión y/o fortalecimiento de programas de inclusión en torno a los pensionados, jubilados y atención a personas con capacidades diferentes; retomar los objetivos del milenio que quedaron en avance en el plan de desarrollo estratégico del 2015 -2030 y promover la readecuación del sistema de pensiones, “porque los esfuerzos realizados en el marco del sistema de seguridad social no han sido suficientes“.
“Todavía existen muchas desigualdades que no nos permiten avanzar al ritmo deseado”, dijo.
Considera que se debe incentivar la capacidad y calidad técnica del servicio ante tantos riesgos y contingencias y que se hace necesario tomar en cuenta las deficiencias en calidad antes de establecer planes al respecto. Recomienda como prioridad revisar el diseño del sistema para poder definir los servicios acorde a las necesidades de la población, haciendo énfasis en el nivel de atención primaria, con estrategias de promoción y prevención de la salud.
Sugiere definir un plan de comunicación integral, establecer un programa de educación continua a los usuarios con el objeto de informar sobre deberes y derechos que les asisten en el sistema de seguridad social y fortalecer las unidades y centros de atención primaria en salud.
La sugerencia es por la consideración general de los encuestados, en la que un 56.4% calificaron los centros de salud como regulares, mientras que un 7.9% lo calificó como malo.
Población bajo estudio. Los integrantes del sistema de protección en salud, específicamente los usuarios de los regímenes contributivo y subsidiado, quienes en reiteradas ocasiones manifestaron inconformidades; insatisfacciones con el servicio, la hospitalización, el acceso, la equidad en el trato y la cobertura del seguro. Ellos refieren en su mayoría que la seguridad social no le cubre todas sus necesidades.
Se escogieron, al azar, personas que asisten a los diferentes hospitales. Fueron unas 498 personas, de 8 regiones de salud, en 18