Investigación sugiere usar remesas para propiciar aumento del capital social en comunidades rurales

Investigación sugiere usar remesas para propiciar aumento del capital social en comunidades rurales

La migración internacional es una oportunidad para la movilidad social de hombres y mujeres en República Dominicana, afirma una investigación puesta a circular por ONU Mujeres, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo.

El acto en que fue presentado el informe “Migración, Remesas y Desarrollo Local Sensible al Género, el Caso de República Dominicana” tuvo lugar el jueves en la sede de ONU Mujeres, en el sector La Esperilla, de esta capital.

La investigación de la antropóloga Tahira Vargas revela que las remesas de los dominicanos en el exterior mejoran las condiciones de vida de sus familiares, a quienes benefician con una mayor seguridad alimentaria y oportunidad para cubrir sus gastos básicos.

Sin embargo, las mujeres que reciben las remesas quedan sujetas al control patriarcal, explica la investigación aplicada en Las Placetas, comunidad rural del municipio San José de Las Matas, provincia Santiago de Los Caballeros, y en la población migrante de esta localidad en Nueva York.

Las Placetas, según destaca una nota de la Unidad de Comunicaciones del Ministerio de Economía, es la segunda comunidad que más remesas per cápita recibe en República Dominicana.

Asegura que las mujeres, principales receptoras de las remesas, afrontan dificultades para realizar emprendimientos, debido al control que sobre ellas ejercen los hombres que las envían sobre el destino de los gastos y la persistencia de patrones de subordinación. El informe arroja que la migración mantiene o refuerza el control patriarcal.

La investigación, que ha sido llevada a cabo también en Albania, en Lesoto, en Marruecos, en Filipinas y en Senegal tuvo por objetivo identificar políticas y proyectos de desarrollo local sensibles al género, en los cuales las remesas pueden ser utilizadas de una manera más sostenible y propiciar un aumento del capital social en las comunidades rurales.

La antropóloga Vargas explica que la comunidad Las Placetas sufre de las mismas carencias que otras zonas rurales del país, entre las que cita la falta de infraestructuras, carreteras y acceso a mercados para la comercialización de productos agrícolas.

Sostiene que, si bien la mujer es la que se queda como jefa del hogar, en realidad el esposo ejerce sobre ella un control a distancia, a través de sus redes sociales, para mantenerla en su rol reproductivo.

Indica que la carga de trabajo de las mujeres que se quedan se ve incrementada de manera excesiva. Detalla que estas mujeres no participan en proyectos comunitarios y además temen ser rechazadas por los hombres y por la comunidad, si rompen con las reglas patriarcales.

El hecho de que las mujeres no sean propietarias de tierra, así como el miedo y la inseguridad a la hora de administrar y gestionar proyectos son aspectos que obstaculizan su incorporación a la producción agrícola.

Cita también el débil tejido social y la inexistencia de vínculos entre la diáspora dominicana y las organizaciones sociales de Las Placetas.

“Proponemos que se fortalezca el Club de Madres en Las Placetas, y que se le dé apoyo en términos de capacitación, ya que éste puede convertirse en el eje de articulación social en la comunidad”, sugiere la investigadora.

Propone que otro esfuerzo válido sería revitalizar las relaciones entre las asociaciones en Las Placetas y las de migrantes en Nueva York, para llevar a cabo proyectos conjuntos y sostenibles.

“Nos parece que se debe trabajar en la revitalización de la asociación de caficultores y en proyectos no agrícolas”, plantea Vargas.

La antropóloga expresa que “retener a la población joven es una necesidad prioritaria, a través de espacios recreativos y deportivos, cursos técnicos y generación de empleo, todo ello para ambos sexos”.

En “El Informe, Migración, Remesas y Desarrollo Local Sensible al Género, el Caso de la República Dominicana” la investigadora sostiene que los diferentes actores involucrados en la investigación y en la parte de diálogo político, desde los organismos internacionales, el Gobierno, autoridades locales, la sociedad civil y el sector privado reconocen que la comunidad Las Placetas ganaría al incluir a la población dominicana que vive en Estados Unidos en sus esfuerzos de desarrollo, debido a que existe una real voluntad de cooperar desde fuera.

“Esta comunidad necesita una profunda reflexión sobre la igualdad de género, ya que el empoderamiento económico de las mujeres, vía la migración o la recepción de remesas, no ha contribuido de por sí a su desarrollo integral ni a su mayor autonomía”, precisa el informe.

Refiere que las mujeres constituyen la mitad de la población migrante en el mundo, la cual se estima en 124 millones, y su papel ha sido destacado en diferentes estudios.

Sin embargo, a pesar del incremento del conocimiento sobre el nexo entre la migración  y el desarrollo, la investigación  y los debates sobre la dimensión de género de este nexo han sido escasos.

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