La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), a través del Instituto Geográfico Universitario (IGU), de la Facultad de Ciencias (FC), presentó los resultados preliminares que demuestran la gran diversidad fotoquímica del Anís de Estrella en el territorio dominicano, cuyo nombre conocido de manera científica como Illicium ekmani.

El proyecto de investigación “Illicium Ekmani: Distribución y Conservación en la República Dominicana, Resultados Preliminares”, fue presentado por la bióloga-botánica e investigadora, maestra Ángela Guerrero, en el marco del 84 aniversario de la fundación del IGU.

La investigadora Guerrero, durante su presentación, sostuvo que en el país hace algunos años se invertía más de 6 millones de dólares en la importación de anís de estrella (illicium verum), proveniente de China, para sus múltiples usos, entre ellos medicinal, gastronómico, aromático y porque se desconocía que en los montes hay una diversidad endémica de esta planta, pero de especies y composición química diferente.

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Explicó que los hallazgos de esa investigación serán de gran aporte a la ciencia botánica del país, porque además de dar a conocer la diversidad que hay en el territorio dominicano del Illicium ekmani, permitirá estudiar su composición química y establecer las bases de una explotación racional y amigable para extraer aceites esenciales.

“Tiene un gran potencial esta especie y lo que se gasta en dólares para importarla se podría invertir haciendo una industria nacional de aceites esenciales”, puntualizó la catedrática.

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Destacó que a pesar de que los anises de estrella en la isla son “especies raras”, en peligro de extinción, en la investigación se encontraron cinco grupos de localizaciones con evidencia de significativa composición de aceites esenciales y componentes aromáticos en la Cordillera Central, en las vertientes Sur, Norte de la parte oriental y Norte de la parte occidental, así como en la Cordillera Septentrional, en la vertiente Sur de la parte oriental y Norte de la parte centro-occidental.

Manifestó que este proyecto formó parte de las investigaciones que el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt), financió a través del Fondo Nacional de Innovación y Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondocyt), en la convocatoria del 2015, a la UASD.