MIAMI BEACH (AFP).- Autoridades estadounidenses iniciaron ayer, martes, la investigación de la explosión que desintegró en el aire a un avión y mató a 20 personas frente a las costas de Miami Beach el lunes, y buscaban los restos del vigésimo ocupante de la nave.
La mayoría de los 20 muertos en el accidente eran familiares bahameños de la isla de Bimini, que habían venido a Florida «para graduaciones (de escuela) y para hacer compras para sus familiares», dijo a la AFP una funcionaria del Consulado de Bahamas en Miami, que pidió no ser identificada.
Los siete pasajeros restantes eran extranjeros que visitarían la isla, agregó.
Los equipos de rescate recuperaron 19 cadáveres el mismo día del accidente, la mayoría aún con sus cinturones abrochados, en una zona llana y de fácil acceso a la entrada de la Bahía de Biscayne, entre Miami Beach y Miami, y suspendieron el lunes por la noche la búsqueda del vigésimo cuerpo pero la reiniciaron este martes.
James Maes, jefe de la Guardia Costera en Miami, dijo que buzos de la fuerza armada están en el área del accidente «tratando de hacer un mapa, tomando fotos para la investigación».
El hidroplano estaba volteado en el fondo del mar y podía verse desde el aire.
Luego la nave sería levantada, se buscaría la grabadora de la cabina y se estudiarían expedientes de mantenimiento y de operación del aparato, agregó Mark Rosenker, director interino de la Junta Nacional para la Seguridad en el Transporte (NTSB).
Rosenker también pidió a los numerosos testigos que desde las playas presenciaron el accidente, que colaboren con cualesquiera fotos o vídeos que tengan del hecho para acelerar la investigación.
«Vamos a evaluar todo en la investigación, nada quedará fuera», dijo Rosenker. «La mayoría de las respuestas serán obtenidas de los equipos mismos dentro del avión».
La portavoz del FBI en Miami, Judy Orihuela, dijo que fueron enviados agentes a la escena del accidente «para asegurarse de que no hay un vínculo terrorista» con la tragedia.
Esto porque, según algunos informes, el equipaje que vuela en estos aviones no está sujeto a rigurosas inspecciones como en otros aeropuertos estadounidenses, pues la aerolínea, además de utilizar terminales aéreos, despega de bases marítimas.