Invita a cruzada contra violencia

Invita a cruzada contra violencia

POR ANSELMO SILVERIO
SANTIAGO.-
El obispo de la dioceses de San Francisco de Macorís, monseñor Jesús María de Jesús Moya, abogó ayer porque a partir del 2006 se trabaje en una verdadera cruzada nacional de las iglesias, políticos y empresarios contra la violencia, y consideró que el ingreso de indocumentados haitianos al país «es un desorden allá y aquí, y el desorden siempre contradice todos los principios».

«Esas cruzadas necesitamos hacerlas a diario en familias, en grupos, en comunidades. Es decir, hay que trabajar siempre por la unidad, trabajar siempre por la paz, la comprensión, la alegría y es la mejor manera de combatir verdaderamente la violencia», expuso.

Entiende que el mensaje de paz que debe pregonar cada dominicano debe ser extendido a los vecinos, las escuelas y a toda clase de reunión para que no haya contradicción y se respete la opinión ajena y que las diferencias de pensamiento, de credo, tanto político como religioso, no sean motivo de ataque de unos contra otros.

De Jesús Moya fue entrevistado ayer en el municipio de Licey, donde bendijo el Hogar de ancianos Las Tres Hermanas, con capacidad para 50 personas y construido con fondos de misioneros de la Fundación Corazón de Jesús, de Francia, Alemania y España. El programa es conducido por el sacerdote David Taveras, quien sirvió de orientador y de maestro de ceremonias en el acto de apertura de la obra.

Considera que debe existir como principio un clima de libertad, «Todos tenemos que movernos, pero dentro de un bien de fraternidad universal. Estas cruzadas deben ser emuladas por todos, entre los que citó iglesias, políticos, gobernantes, gobernados, autoridades comerciantes, empresarios y grupos profesionales».

En cuanto a los haitianos dijo que en la iglesia existe como principio que allí nadie es extranjero. Se sabe que humanamente, políticamente, geográficamente cada país se organiza con independencia  y con soberanía, pero que en el trato humano y cristiano «todos somos hermanos».

Puso de manifiesto que el respeto debe prevalecer partiendo de que el haitiano pueda vivir muy bien en Haití y el dominicano en su país respetando siempre el intercambio de un pueblo con el otro.

De Jesús Moya considera que ahora no se trata de que se permita o no el ingreso de haitianos al país ya que el ingreso de indocumentados es un desorden.»Es decir, que una cosa es permitir el desorden y otra permitir que se cumplan los derechos humanos», precisó.

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