Involucra Washington y Colombia caso paramilitares

Involucra Washington y Colombia caso paramilitares

CARACAS.- El presidente venezolano, Hugo Chávez, involucró ayer a autoridades de Colombia y EEUU en la frustrada «invasión extranjera» que, aseguró, fue abortada el pasado domingo con la captura de supuestos paramilitares colombianos.

Aunque dijo no tener pruebas definitivas, pero sí «indicios contundentes» que también involucran a civiles y militares de su país, Chávez subrayó al instalar, por primera vez, una sesión extraordinaria del Consejo de Defensa de la Nación (CODENA), que la captura de paramilitares «es sólo la punta de un iceberg macabro».

Su discurso en la instalación del CODENA fue reproducido en cadena nacional obligatoria de radio y televisión y en él insistió en que «esta trama internacional» fue abortada «sólo por ahora».

La sesión del CODENA que preside, dijo que se mantendrá de manera permanente y por tiempo indefinido, y que periódicamente se informará de las decisiones que adopte.

En el CODENA están representados los titulares de todos los poderes del Estado y de la Fuerza Armada, y es el máximo órgano de consulta para la planificación y asesoramiento al Gobierno en asuntos de seguridad y defensa integral del país, su soberanía y espacio geográfico, como lo señala la Constitución.

[b]Un centenar de detenidos[/b]

Chávez informó que más de un centenar de paramilitares colombianos fueron detenidos desde el domingo en Venezuela, a quienes atribuyó un plan sencillo pero macabro: emprender acciones sangrientas contra su gobierno, haciéndose pasar por militares venezolanos.

Los primeros militares venezolanos involucrados en el caso son los coroneles Orlando Castro y Pedro Pico, y el capitán Francisco Javier Nieto, todos oficiales en retiro, quienes este miércoles fueron interrogados por el Tribunal Militar de Caracas.

En paralelo, el jefe de un Comando Regional de la militarizada Guardia Nacional, general Vivian Durán, informó que al menos 10 efectivos son investigados por haber colaborado en el ingreso al país de los paramilitares detenidos.

[b]Ante la OEA[/b]

En Washington, el embajador de Venezuela ante la OEA, Jorge Valero, denunció un «triángulo siniestro» integrado por opositores venezolanos, anticastristas de Miami y paramilitares colombianos, que apoyados desde el extranjero, busca derrocar al presidente Chávez.

«Un triángulo siniestro se ha establecido con el propósito de destruir las instituciones democráticas en Venezuela», dijo Valero en una sesión del Consejo permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA).

La presencia de estos paramilitares fue develada el domingo con el anuncio de la captura de 88 de un contingente de 130 en las afueras del sureste de Caracas.

Desde entonces la dinámica de acontecimientos se produce en medio del estupor de la nación y declaraciones de casi todo el abanico opositor de que todo se trata de una maniobra de Chávez para evadir un referendo revocatorio en su contra.

«No tengo pruebas definitivas», repitió en varias ocasiones, tras identificar como indicios mensajes cifrados interceptados y una serie de declaraciones públicas en las últimas semanas contra su Gobierno, de autoridades e instituciones de Bogotá y Washington.

«Fuegos de preparación de un clima, el recalentamiento de un clima (…) que ha estado inundando el panorama desde hace un mes atrás», agregó y entre varios otros nombró al comandante del Ejército de Colombia, general Martín Orlando Carreño, y al jefe del Comando Sur de Estados Unidos, general James Hill.

Sobre el primero dijo que «es, ha demostrado serlo, adversario de este Gobierno y ha mentido descaradamente» en el pasado reciente al acusarlo de proteger a guerrilleros izquierdistas colombianos.

Aunque destacó que recibió «con beneplácito las declaraciones del Gobierno de Colombia expresando su rechazo a este hecho», insistió en que «tenemos bastante elementos para dudar de la buena fe de sus organismos de inteligencia y sectores de la Fuerza Armada».

Sobre Hill, al que llamó «general imperialista» tras recordar que éste lo tildó de «populista autoritario» en abril pasado, recalcó estar «totalmente seguro que cuando este general imperialista da esas declaraciones sabe y conoce el plan que se estaba preparando».

«No puede ser una casualidad», añadió al insistir en que «hemos logrado descubrir solo la punta de un iceberg macabro y sangriento, porque es casi imposible pensar en la tesis (…) de que este era el único caso»: el de los paramilitares sorprendidos en Caracas.

«Esto es una invasión a Venezuela; no tiene otro nombre. Fue pensada, planificada y conducida por una red internacional, y así lo denuncio. No hay ninguna duda al respecto; surge de Miami y de Colombia, dos puntos de un eje, y probablemente otros países», dijo.

Sobre implicaciones internas, aseguró que «una vez más aparece la mano criminal de hijos malvados, en un hecho para lamentarlo y casi que llorarlo», tanto civiles como militares en servicio activo y pasivo, varios contra los cuales anunció órdenes de captura.

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