Inyectar fuerza al factor humano

Inyectar fuerza al factor humano

La extraordinaria demanda de asistencia médica y camas en hospitales y clínicas con motivo de la pandemia, y de otras dolencias que no dejan de incidir, conduce a una insuficiencia de recursos para sanar y salvar vidas y, con una repercusión no menos negativa, sobrecarga de trabajos y tensiones que minan su eficacia al personal de cada centro de internamientos, desde el médico más encumbrado profesionalmente, hasta el auxiliar de simples faenas, bajo estresante multiplicación también.

Se trata, en el tránsito por esta crisis, de unos desempeños sometidos a jornadas angustiosas intensificadas por las precariedades de orden material.

Las condiciones físicas y psíquicas de quienes están a cargo ameritan urgentes reforzamientos, comenzando por el aspecto retributivo, generalmente insuficiente desde antes de la oleada contagiosa.

Ahora que se les exige mucho más, situados en la primera línea de fuego contra las enfermedades, el inadecuado tratamiento laboral con insuficiencia de ingresos es un factor doblemente negativo contra sus energías y estabilidad emocional, lo que iría en perjuicio directo de pacientes con la salud y la vida en juego.

A la crueldad de proponerse paralizar el sistema asistencial público, que esgrime el Colegio Médico, le antecedieron reclamos de subsistencia que cobran dramatismo y validez social y humana aunque parezcan inoportunos. No hay más alternativa que ceder.

Y los cuartos… ¿a dónde van?

Aumentar el contenido de las billeteras de los diputados para que ejerzan la caridad a título personal para garantizarse aceptación popular a costa de los contribuyentes cobra mayor inequidad cuando, en este momento de crisis asistencial, falta abastecer y llenar cometidos esenciales favorables al pueblo, incluyendo remunerar de modo óptimo a quienes, día y noche, trabajan en hospitales.

Tales auxilios monetarios, que no se pregonan anticipadamente por saberse ofensivos a la sociedad, no deberían sobrevivir junto a la pesada sustracción de recursos públicos destinados a barrilitos, al impulso reformador prometido al electorado. Está negada la legitimidad a los privilegios financieros congresuales. Cada cosa en su lugar, institucionalmente, incluyendo la asistencia social. Zapatero a tus zapatos. Como si no bastara con otras preferencias.

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