Ir a la guerra desarmado

Ir a la guerra desarmado

Pedro René Mejía Almonte

En la Francia monárquica de los años 1700, aparece un general de corte republicano llamado Napoleón Bonaparte, artífice de un golpe de estado que luego lo convertiría en Emperador de todos los franceses.

Durante un periodo de poco más de una década, Napoleón tomó el control de casi toda Europa Occidental y Central mediante una serie de conquistas y alianzas. Bonaparte es considerado como uno de los mayores genios militares de la historia, habiendo comandado campañas bélicas muy exitosas, sus agresivas guerras de conquista se convirtieron en las mayores operaciones militares conocidas hasta ese momento en Europa, involucrando a un número de soldados jamás visto en los ejércitos de la época. Además de estas proezas bélicas, a Napoleón también se le conoce por el establecimiento del código Napoleónico y es considerado por algunos “el monarca iluminado” debido a su extraordinario talento y capacidad de trabajo. Otros sin embargo lo llaman “dictador tiránico” cuyas guerras causaron la muerte de millones de personas, así como uno de los personajes más megalómanos y nefastos de todos los tiempos.

Luego de contadas batallas exitosas de Bonaparte sobre las fuerzas aliadas anti francesas, llegaron la batalla de Las Naciones (batalla de Leipzig) y la batalla de Waterloo donde finalmente el ejército Napoleónico quedó extinguido. Napoleón fue exiliado a la Isla de Elba donde murió custodiado por tropas inglesas.

Si eso le ocurrió hasta al Emperador, ¿cómo podrá el principal candidato de la oposición lograr una actuación al menos digna en las próximas elecciones del 15 de mayo?

¿Donde están sus armas para esta guerra que se le avecina?

Incapacidad de aglutinar la oposición al gobierno; vemos como grupos progresistas que promueven el “verdadero cambio” se niegan a ser cómplices de su derrota; una alianza con el Partido de Reformista (PRSC) llena de vicios y cubos, en donde los reformistas de la franquicia se hacen llamar “El camino nuevo” pero… ¿Cuál camino? El que trilló Balaguer para dejarlos sin cabeza desde su muerte. Sí, también otra arma puede ser convertirse en el paladín anticorrupción, asumiendo la agenda norteamericana, pero qué corrupción van a perseguir si todos los que están a sus espaldas fueron miembros de los gobiernos del otrora PRD y en la historia están los resultados de esos gobiernos, un gobierno no es una persona, no es un hombre ¿Cuál nueva cara del cambio? Son los mismos de antaño. Tan pocas son las armas que hasta demeritar los logros del actual presidente se torna imposible hacerlo. Los logros de este gobierno están ahí, la gente los ve y NO se pueden ocultar.

Señor Abinader tal como le ocurrió a Napoleón en Waterloo, si va a la guerra desarmado, será derrotado y de qué manera.

 

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