NACIONES UNIDAS (EFE).- El primer ministro iraquí, Iyad Alaui, reclamó ayer la ayuda de la comunidad internacional para que su país derrote al terrorismo, alivie el peso de la deuda, y pueda superar los estragos y el rencor dejados por el régimen anterior. En la primera intervención de un líder iraquí ante la Asamblea General desde el traspaso de la soberanía, Alaui se dirigió a los miembros de la ONU para relatar los retos a los que se enfrenta la nación árabe, y para los que necesita la colaboración internacional.
Según explicó, el pueblo iraquí ansía formar parte «de la comunidad de naciones como un país libre y democrático», tras las tres décadas de régimen de Sadam Husein, un «dictador que traumatizó y reprimió al pueblo durante demasiado tiempo».
«La dictadura causó estragos en la sociedad iraquí. Centenares de miles de personas murieron, otros fueron torturados, y muchos se alejaron del país al verse privados de derechos básicos», explicó.
Además, el régimen de Sadam Husein «sembró las semillas de la división en la sociedad, tanto en el plano racial como religioso», y demostró una «completa falta de piedad y de respeto por la vida», como demuestran las 162 fosas comunes encontradas hasta ahora.
Durante todos estos años, el pueblo fue guardando la «esperanza de construir un Irak libre y democrático», del que hoy existe una «oportunidad genuina» para conseguirlo.
Sin embargo, este «noble sueño» está siendo atacado por las facciones terroristas y por los partidarios del antiguo régimen.
«Insto a todos los países a que ayuden a Irak a derrotar las fuerzas del terrorismo y a construir un pueblo mejor», reclamó el líder iraquí.
Si se consigue una importante colaboración internacional en materia de seguridad, ello permitirá que los ciudadanos se animen a inscribirse en el censo electoral y participar en las elecciones democráticas del próximo mes de enero.
«Pese a la complejidad y a las dificultades a las que nos enfrentamos, y a los terroristas que buscan las inestabilidad, queremos cumplir el calendario político fijado», indicó.
También pidió la colaboración internacional para reducir la deuda externa de Irak, si bien se mostró confiado en un acuerdo con el Club de París que le permita un «generoso» recorte en el peso del endeudamiento.
«Estamos endeudados más allá de nuestra capacidad, fundamentalmente por los gastos prohibitivos asumidos por el régimen anterior, y ello supone una carga para el pueblo iraquí», dijo.
En términos generales, el primer ministro aseguró que el país necesita la asistencia internacional en muchos campos, como es el de la seguridad, con una mayor fuerza multinacional que permita frenar las acciones terroristas y controlar las fronteras.
También instó a los países que se comprometieron a hacer aportaciones dinerarias en la Conferencia de Donantes a hacer realidad el pago comprometido.