Irak predice «el principio del fin de Al Qaida en Irak»

Irak predice «el principio del fin de Al Qaida en Irak»

Por Thibauld Malterre 
BAGDAD, (AFP) – Las autoridades iraquíes predijeron el jueves «el principio del fin de Al Qaida en Irak» tras la muerte de su jefe, Abu Musab al Zarqaui, y la incautación de documentos, mientras el plan de seguridad para Bagdad moviliza más de 50.000 hombres por segundo día consecutivo.

 «Se ha iniciado la cuenta atrás para terminar con Al Qaida», aseguró el consejero de seguridad nacional Muaffak al Rubay al presentar los documentos decomisados tras la muerte de Zarqaui, el 7 de junio en un bombardeo estadounidense al norte de Bagdad.

«Los documentos muestran el temor que siente Al Qaida hacia las fuerzas de seguridad iraquíes, revelan los lugares de presencia de sus jefes, su manera de dirigir la organización y sus vínculos con las bandas maléficas que buscan destruir al país», agregó.

«Al Qaida también tenía dificultades en relación al armamento y a la propaganda», sostuvo el responsable iraquí.

Calificó los documentos incautados de «verdadero tesoro» y afirmó que las fuerzas del orden estaban en una postura ofensiva. «Tenemos una oportunidad real de abatirnos sobre Al Qaida», agregó Rubay.

Rubay comentaba un documento divulgado por la oficina del primer ministro, Nuri al Maliki, según el cual Al Qaida decía temer los efectos de la acción de seguridad lanzada contra ella y preveía aumentar las tensiones entre Estados Unidos e Irán mediante secuestros y asesinatos falsamente atribuidos a Irán.

Por otra parte, el nuevo plan de seguridad instaurado en Bagdad por segundo día consecutivo permitió reducir la intensidad de la violencia en un país acostumbrado a los atentados con coche bomba.

Un empleado de una empresa agroalimentaria fue sin embargo asesinado por hombres armados en Bagdad, donde también se encontraron los cadáveres de siete personas ejecutadas a balazos y con signos de tortura.

Rebeldes armados ejecutaron a balazos a 10 civiles, entre ellos dos hermanos, en Baaquba, al norte de Bagdad, y cuatro fieles sunitas fueron asesinados en un ataque contra una mezquita en la localidad de Alam, cerca de Tikrit (norte).

Más de 56.000 hombres, entre ellos 26.000 soldados y 23.000 policías iraquíes y 7.200 soldados de la Coalición, fueron desplegados en Bagdad.

La situación se tensó en la ciudad santa chiita de Kerbala (110 km al sur de Bagdad) tras la detención en su casa del jefe del consejo provincial, el jeque Okail Sahel Zubaidi, en una operación norteamericano-iraquí, por presunto apoyo al terrorismo.

Los miembros del Consejo provincial, otro de cuyos integrantes también fue detenido, decidieron en una reunión suspender su participación en esta instancia y declarar una huelga en los servicios públicos para obtener su liberación.

   El gobernador de la provincia de Kerbala, Aki Jazaali, declaró que las autoridades locales pedían también «excusas y compensaciones morales y materiales» para el jefe del consejo.

   Centenares de habitantes manifestaron ante la sede de la gobernación para exigir la liberación de los dos detenidos.

   Por último, las autoridades iraquíes y la Fuerza Multinacional liberaron a 450 presos, el tercer grupo de los 2.000 detenidos que Nuri al Maliki anunció recientemente que iba a liberar para favorecer la reconciliación nacional.

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