Irak
Pese ataque, Parlamento sesiona

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BAGDAD (AFP).- El Parlamento iraquí, reunido ayer, viernes, en sesión extraordinaria, condenó el atentado suicida perpetrado el jueves en su cafetería y aseguró que el gigantesco fallo de seguridad no hará descarrilar el proceso político.

El balance del atentado, reivindicado por una alianza de grupos sunitas englobada en la facción iraquí de Al Qaida, sigue siendo confuso.

«Esta sesión es un mensaje claro para todos los terroristas y para todos los que tratan de detener este proceso (político) bendito por el que debemos sacrificarnos», afirmó el presidente del Parlamento, Mahmud Machhadani.

«Tanto la casa de los diputados como el pueblo iraquí y el gobierno están en el mismo barco. Si se hunde, todos se hundirán, pero la nave iraquí no debe hundirse jamás», añadió Machhadani, quien había convocado esta reunión poco después del atentado del jueves con el fin de «desafiar al terrorismo».

En la sesión, que duró unas dos horas, el presidente de la cámara también llamó a los Estados vecinos a ayudar a Irak «a eliminar el terrorismo». Pocos parlamentarios participaron en la sesión, sobre todo debido a las estrictas medidas de seguridad. Unos cuarenta diputados permanecieron bloqueados en el exterior del edificio.

A pesar de las medidas, fuerzas de seguridad hallaron explosivos en una bolsa de plástico y los hicieron detonar, informó un responsable iraquí. Los parlamentarios guardaron en dos ocasiones un minuto de silencio en memoria de las víctimas del atentado, cuyo número sigue sin estar claro al día siguiente del ataque.

Los militares norteamericanos, que habían hablado de 8 muertos, revisaron a la baja su balance para establecerlo en un muerto y 22 heridos.

Por su parte, las fuentes de seguridad iraquíes mantuvieron su balance de tres muertos: «un diputado y dos cuerpos no identificables».

El jueves, un kamikaze se hizo estallar en la cafetería del Parlamento.

Una fuente de los servicios de seguridad iraquíes dijo que el atentado pudo haber sido obra de un guardaespaldas de un parlamentario, que burló las «estrictas medidas de seguridad» en un momento en que se celebraba una sesión.

La Zona Verde, que engloba las principales instituciones iraquíes y la embajada estadounidense, está rodeada por cientos de barreras de hormigón y para acceder a la misma es necesario superar varios controles de seguridad.

Este viernes, una alianza de grupos sunitas reivindicó el ataque.

«Un héroe del Estado islámico en Irak (…) con un cinturón explosivo (…) se infiltró el jueves en una reunión de apóstatas e infieles, en el interior del supuesto Parlamento» y se hizo explotar, según un comunicado, cuya autenticidad no pudo ser contrastada por el momento.

El atentado provocó la condena general de la comunidad internacional.

El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Javier Solana, expresó el viernes su «firme condena a este nuevo acto de violencia contra el símbolo de la soberanía popular en Irak».

Por su parte, Estados Unidos condenó «con fuerza» el ataque que, a su entender, no pone en entredicho la nueva y controvertida estrategia de su presidente, George W. Bush, cuatro años después de la invasión estadounidense de Irak.

Asimismo, el primer ministro iraquí, Nuri Al Maliki, denunció un «crimen abyecto» con el que los «terroristas quieren hacer fracasar» el proceso democrático, mientras que la Liga Arabe llamó a los iraquíes a aunar esfuerzos para hacer frente a la violencia.

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