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Julio César Herrera Márquez, José Luis García Ortiz y Marcelino Cuevas Féliz, tres de las siete personas acusadas de integrar una red que traficó 950 kilos de cocaína, fueron enviados ayer a cumplir tres meses de prisión preventiva en la cárcel de Najayo.
En la audiencia se reveló que al grupo se le incautó una metralleta de alto poder (P-90), con capacidad para destruir chalecos antibalas y de las que en el país no hay más de cinco.
La información la dio un abogado y la confirmaron los fiscales del caso, por lo que los defensores de los imputados exigieron al Misterio Público apresar a la persona de poder que sería la responsable de la droga.
De los cinco presentados al juez de Atención Permanente del Distrito Nacional, José Alejandro Vargas, dos quedaron en libertad: Elvin Aneurys Jiménez Pérez, a quien se le anuló el arresto por una torpeza del Ministerio Público. El tribunal determinó que los agentes de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) lo apresaron sin una orden de arresto, haciendo uso de una orden de allanamiento y que lo llamaron para que saliera de la casa cuando tenían que requisar la vivienda antes de actuar.
Asimismo, a Erine Valentine Turbí Carela, madre de dos hijos de uno de los imputados, el tribunal la dejó ir a su casa, aunque fue sometida a las medidas de coerción consistente en impedimento de salida del país sin autorización del Ministerio Público y el pago de una garantía económica.
Los fiscales Elvis Suárez y Francis Soto le dijeron al juez que la investigación continúa. Las autoridades persiguen a Sail Luis y a Otto Luis Ducasse Herrera.
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Comparan esta red con la de Quirino
El Ministerio Público comparó esta red con la que lideró el capitán del Ejército Quirino Ernesto Paulino Castillo (El Don), extraditado a los Estados Unidos. La DNCD indica que son parte de esta red los cinco imputados y sometidos a coerción y otros dos que huyen de la justicia. Fueron apresados por 950 kilos de cocaína en la cercanía del kilómetro 12 de la autopista 30 de mayo.
