DAVOS, Suiza. AFP. Irán desplegó esfuerzos el jueves ante el Foro de Davos para normalizar sus relaciones económicas con Occidente después del reciente acuerdo nuclear, aunque el primer ministro israelí negó poco después cualquier cambio en la República Islámica.
El presidente Hasan Rohani se declaró dispuesto a poner las enormes reservas de gas y petróleo iraní al servicio de la seguridad en el suministro energético, al intervenir ante el Foro Económico Mundial que reúne anualmente en esta ciudad de los Alpes suizos a los líderes de la política, la economía y las finanzas del planeta.
«La República Islámica está dispuesta a asumir una cooperación constructiva en la seguridad energética mundial», afirmó el mandatario. «La seguridad en la producción y suministro de energía (…) es el principal factor para hacer de la energía un instrumento de promoción de la paz y la estabilidad», agregó.
Rohani recalcó las perspectivas de inversión que ofrecen los «enormes recursos energéticos» de su país, tras el reciente levantamiento parcial de las sanciones internacionales.
Las sanciones contra Irán -que era el segundo productor de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP)-, redujeron a la mitad sus exportaciones de crudo, significándole millonarias pérdidas en sus ingresos.
Estas sanciones fueron impuestas por la ONU en 2006, al sospecharse que la República Islámica pretende dotarse del arma atómica amparándose en un programa nuclear civil.
«Irán nunca ha deseado tener una bomba atómica, ni querrá tenerla en el futuro» aseguró Rohani en Davos.
Rohani, elegido presidente en junio pasado, y considerado un reformista, había llegado el miércoles a la estación alpina.
Desde hace seis meses Irán ha conocido «muchas evoluciones». «Las condiciones son nuevas en Irán, el país tiene recursos extraordinarios (…), enormes potencialidades», había afirmado el presidente iraní en declaraciones a la televisión suiza.
Rohani -que está acompañado entre otros por su ministro de Petróleo, Bijan Zanganeh- se ha entrevistado con varios directivos del sector petrolero y con el primer ministro de Holanda, Mark Rutte, país donde tiene su sede el gigante petrolero anglo-holandés Shell.
«Hemos identificado un gigantesco volumen de inversiones y actividades técnicas para reactivar la producción de petróleo y gas (…) y las grandes compañías internacionales pueden desempeñar un papel», escribió Zanganeh en el sitio de la radiotelevisión iraní Irib.
Este acercamiento a Occidente está lejos de convencer al mayor enemigo de Irán en la región, Israel, cuyo primer ministro también intervino ante el Foro de Davos.
«Hasan Rohani puede decir algo, pero no por ello logra hacerlo realidad», dijo Netanyahu. Para el jefe de gobierno israelí, decir que Irán procura promover la estabilidad y la seguridad en Medio Oriente «no tiene conexión con lo que está ocurriendo en el terreno», en particular en Siria.
«El objetivo del régimen de los ayatolás, que se esconde detrás de las sonrisas de Rohani, es aligerar las sanciones sin hacer concesiones sobre el programa para producir armas nucleares», agregó el primer ministro israelí, quien afirmó «no ver cambios en Irán».
Poco antes de su propia intervención en Davos, Netanyahu ya había reaccionado al discurso de Rohani, denunciando «un intento de engaño» por parte del mandatario iraní, según informó uno de los consejeros del jefe de gobierno israelí.
Por otra parte, Netanyahu criticó a la Unión Europea por su posición que consideró «parcial» y favorable a los palestinos.
«Si se ve a Europa presionando a Israel de modo parcial, la posición palestina se endurece y (…) endurece la posición israelí porque así responde la gente ante este tipo de presiones indebidas», afirmó.
«Pienso que si Europa mantiene su imparcialidad y su equilibrio, puede contribuir mucho», agregó.
La semana pasada, Netanyahu ya había acusado a la UE de «hipocresía», al comentar la convocación por algunos países miembros de la Unión de los embajadores israelíes, tras anunciarse la construcción de 1.800 viviendas en Cisjordania y Jerusalén Oriental.