TEHERAN (AFP).- Irán confía en que puede disuadir a Estados Unidos de efectuar un ataque militar, o llegado el caso en derrotarlo, al considerar que está en una posición de fuerza gracias al precio del petróleo, el apoyo de los grupos islamistas y las dificultades de los norteamericanos en Irak.

El régimen islamista reafirmó el domingo que no estaba dispuesto a adoptar un compromiso sobre su programa nuclear, días después de haber anunciado que había logrado enriquecer uranio al 3,5%, lo que provocó la condena unánime de Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Rusia e Israel.

“Intentamos hallar una solución diplomática al problema (nuclear) y Estados Unidos debería darse cuenta de que no está en posición de crear una nueva crisis en la región”, afirmó el ministro de Relaciones Exteriores, Manuchehr Mottaki, citado por la agencia oficial IRNA.

“Más de tres años han pasado desde que Estados Unidos invadió Irak, y después de todos estos años, piden ahora ayuda”, aseguró, refiriéndose a las previstas conversaciones entre Washington y Teherán sobre Irak.

Irán, cuarto productor mundial de petróleo y uno de los actores principales en el mercado del crudo, asegura que sus ambiciones nucleares tienen un objetivo exclusivamente civil, pero Washington y la UE sospechan que la República Islámica desea dotarse del arma atómica.

El Consejo de Seguridad de la ONU dio de plazo a Irán hasta el 28 de abril para cesar el enriquecimiento de uranio.

Estados Unidos presiona para que el Consejo adopte una resolución sobre Irán en virtud del Capítulo 7 de la carta de Naciones Unidas, que delimita las acciones específicas, incluidas las militares, que se pueden tomar cuando hay una amenaza para la paz internacional o un acto de agresión.