Irán decide enfrentar sanciones ONU

Irán decide enfrentar sanciones ONU

TEHERAN  (AFP).- Irán parece decidido a enfrentar la perspectiva de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU, luego de rechazar la petición de las grandes potencias de suspender su enriquecimiento de uranio. Este rechazo llevó ayer a la canciller alemana, Angela Merkel, a estimar que “no se puede estar satisfecho” con la respuesta iraní, que “debe ser corregida” y que Alemania “abogará para que esto se produzca en los próximos días”.

“Esperamos una reacción lógica y justa de las grandes potencias, (pero) estamos listos a enfrentar también cualquier situación” que se presente, declaró el portavoz del gobierno iraní, Gholam Hossein Elham.

Irán respondió el martes a una oferta de cooperación de las grandes potencias (Alemania, China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia), tendiente a la suspensión de su enriquecimiento de uranio, con un simple llamado a iniciar “negociaciones serias” sobre el tema.

Poco después, un responsable iraní que pidió el anonimato confirmó a la AFP que Irán rechaza toda suspensión previa de su enriquecimiento. Pero la oferta presentada por las potencias mundiales a inicios de junio ponía esa suspensión como condición al cese de cualquier acción ulterior del Consejo de Seguridad de la ONU.

Ante los titubeos de Irán para responder, el Consejo de Seguridad de la ONU le dio plazo hasta el 31 de agosto para suspender su enriquecimiento, o de lo contrario emprenderá medidas que “no implicarán el uso de la fuerza armada” para obligarlo a realizar tal suspensión.

Los dirigentes iraníes fustigaron esa declaración y consideran que la resolución “no tiene valor legal o jurídico”.

“Tienen confianza en la capacidad iraní de soportar las medidas que piensan les aplicará en su contra el Consejo de Seguridad”, según un diplomático occidental en la capital iraní, que también pidió el anonimato.

Irán apuesta antes que todo a que Rusia y China, con importantes intereses económicos en la república islámica, se opondrán a que se le apliquen fuertes sanciones.

Tras la respuesta iraní a las grandes potencias, China y Rusia insistieron de inmediato en la necesidad de proseguir las negociaciones con la República islámica.

Sin hablar de sanciones, Washington indicó que realiza consultas incluso con los otros miembros del Consejo de Seguridad, “sobre los próximos pasos a seguir”.

A falta de lograr rápidamente una acción fuerte del Consejo, Estados Unidos no ha descartado como en el pasado formar una “coalición de voluntarios” para imponer sanciones comerciales a Irán.

En un primer momento serían simbólicas y excluirían el sector petrolero, principal fuente de ingresos del país.

Irán cuenta con el poco interés de los occidentales en aplicar medidas que finalmente los afectarían, pues los precios del petróleo ya están muy altos.

Considera asimismo posible darse el lujo de utilizar un lenguaje mixto de diálogo y amenazas de represalias: “Si no hay un marco internacional y un clima propicio para negociaciones justas, reaccionaremos en consecuencia”, advirtió  Elham el miércoles.

Como represalias, los dirigentes iraníes mencionan la posibilidad de que Irán se retire del Tratado de No Proliferación Nuclear, que hace posible a los inspectores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) vigilar su programa atómico.

Y mientras se espera que el presidente ultraconservador iraní, Mahmud Ahmadinejad, ofrezca una conferencia de prensa la semana próxima, antes del plazo del 31 de agosto, un funcionario anónimo de la oficina nuclear iraní afirmó el miércoles que “un alto responsable del país” anunciará en los próximos días un “importante logro” de los científicos atómicos iraníes.

Las potencias mundiales temen que el verdadero objetivo de Irán al insistir en el enriquecimiento de uranio sea desarrollar armas nucleares, pese a que  Teherán asegura que su programa nuclear tiene fines civiles.

Afecta región

WASHINGTON, (AFP) – Estados Unidos, que se enfrenta a una escalada de violencia fundamentalista en Irak, acusó a Irán de jugar un papel desestabilizador en Medio Oriente.

El general Michael Barbero, director adjunto de operaciones del estado mayor de las fuerzas armadas estadounidenses, aseguró que es “irrefutable que Irán es responsable del entrenamiento, financiamiento y equipamiento de algunos grupos extremistas chiitas” en Irak.

Barbero dijo tener “pruebas evidentes” pese a no contar con informaciones de “un contacto directo” que involucre a las fuerzas paramilitares o servicios de inteligencia iraníes.

Si el gobierno estadounidense lo afirma es porque corresponde a la realidad, estimó John Pike, director del centro de análisis GlobalSecurity.org, en una comunicación con la AFP.

Pero “hay otra razón, en mi opinión, y es que (Estados Unidos) va a bombardear Irán el próximo año y quiere explicarle al mundo por qué Irán es parte del problema y no de la solución”, afirmó.

Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado, Gonzalo Gallegos, advirtió a Irán que “tiene tiempo hasta el 31 de agosto para cumplir” con la resolución adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU el 31 de julio, y suspender todas sus actividades relacionadas con el enriquecimiento de uranio.

“Si Irán no la cumple, la resolución indica claramente que el Consejo de Seguridad de la ONU” puede “recurrir a sanciones” a partir de esa fecha, indicó.

El tema iraní se encuentra en el centro de las discusiones de los círculos políticos y mediáticos en Washington, debido a la sensación de que la administración del presidente George W. Bush prepara a su país para una guerra contra Irán.

A raíz de la guerra en Líbano, Washington apuntó un dedo acusador hacia Teherán, reprochándole sostener económica y militarmente a la milicia chiita Hezbolá contra Israel.

Estados Unidos se mostró insatisfecho con la respuesta iraní a la oferta de las potencias mundiales a cambio de la suspensión de su programa nuclear. Irán propuso el martes sostener “negociaciones serias”, pero no demostró tener intención de suspender sus actividades de enriquecimiento de uranio.

En este contexto, una comisión de la cámara de diputados estadounidense presentó el miércoles un informe que expresa preocupación por las debilidades “significativas” de la información estadounidense sobre Irán, y critica su actitud respecto a los programas de armas de destrucción masiva de Teherán.

“Estados Unidos carece de información crucial necesaria en los análisis para sostener con seguridad las conclusiones sobre Irán”, asegura el informe.

Estas inquietudes recuerdan las tensiones entre la CIA y la administración Bush en relación a la guerra en Irak, por las supuestas armas de destrucción masiva que tenía Saddam Hussein y que nunca fueron encontradas.

Según el New York Times, citando fuentes anónimas, esas críticas reflejan el punto de vista de funcionarios de la Casa Blanca y el Pentágono que se mostraron a favor de la guerra en Irak y que ahora buscan una confrontación militar con Irán.

Según John Pike, el gobierno de Bush “prepara el ánimo para que la gente no se sorprenda cuando esto (la guerra contra Irán) llegue. No pienso que vamos a ver un aumento en la retórica como lo vimos en las guerras precedentes, porque se tratará de un ataque sorpresa”.

Michael O’Hanlon, experto de la Brookings Institution, es escéptico en cambio sobre una guerra próxima contra Irán: “la idea de que nos embarquemos en una guerra por opción propia es actualmente improbable”.

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