DUBÁI — La televisora estatal iraní divulgó más acusaciones contra una mujer de nacionalidad iraní y británica detenida en el país, algo que según dijo su marido el domingo, parecía hacerse justo en este momento con tal de presionar a Londres, mientras estudia pagar 530 millones de dólares a Teherán.
El caso de Nazanin Zaghari-Ratcliffe ha cobrado impulso en semanas recientes, mientras el canciller británico Boris Johnson enfrenta enormes críticas en su país por su manejo del asunto.
Zaghari-Ratcliffe, que cumple ya una sentencia a cinco años de prisión por supuestamente planear un “derrocamiento suave” del gobierno de Irán cuando estaba allí con su bebé, enfrenta ahora nuevos cargos que pudieran añadir 16 años a su término.
Un programa de la televisión iraní mostró imágenes de una nómina de la BBC y un correo electrónico de 2010 que mostraba que Zaghari-Ratcliffe trabajó formando a “jóvenes aprendices de periodistas de Irán y Afganistán”.
Zaghari-Ratcliffe dejó la BBC en 2011 y comenzó a trabajar para la Thomson Reuters Foundation, la rama caritativa de la agencia noticiosa internacional. Tanto su esposo, Richard Ratcliffe, como Thomson Reuters han subrayado reiteradamente que ella no estaba entrenando a periodistas ni trabajó en nada relacionado con Irán cuando estaba allí. Aunque Johnson se corrigió más adelante, la televisión iraní resaltó sus comentarios originales.
Richard Ratcliffe dijo a The Associated Press el domingo que el reporte buscaba aumentar la presión sobre el gobierno británico. Dijo que el material parece proveer del correo electrónico de su esposa, que investigadores de la Guardia Revolucionaria accedieron inmediatamente tras el arresto.
“Trata de justificar los nuevos cargos”, dijo Ratcliffe.
Londres está sopesando abonar a Teherán unos 400 millones de libras por un acuerdo de armas previo a 1979. Ambas partes dicen que el dinero no está ligado a Zaghari-Ratcliffe, aunque Estados Unidos realizó un pago similar a Irán tras la liberación de cuatro ciudadanos estadounidenses en 2016.
Analistas y familiares de personas con doble nacionalidad y otros detenidos en Irán han dicho que sectores de línea dura dentro de las agencias de seguridad de la República Islámica usan a los prisioneros como herramienta de negociación por dinero e influencia. Un panel de la ONU en septiembre describió “un patrón emergente de la privación arbitraria de libertad de personas de doble nacionalidad” en Irán.