Irán truena contra Consejo de ONU

Irán truena contra Consejo de ONU

TEHERAN (AFP).- El presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, declaró ayer, jueves, que el Consejo de Seguridad de la ONU no tenía «ninguna legitimidad» para dictar a su país lo que ha de hacer con su programa nuclear y reiteró que no temía nuevas sanciones económicas.

Antes incluso de que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania anunciasen un acuerdo para endurecer las sanciones impuestas a Irán, Ahmadinejad fue categórico en sus declaraciones.

«Hoy los enemigos del pueblo iraní quieren utilizar al Consejo de Seguridad para impedir el progreso y el desarrollo de Irán, pero el Consejo de Seguridad no tiene ninguna legitimidad entre los pueblos del mundo», dijo Ahmadinejad durante un discurso pronunciado en la provincia de Yazd (centro), donde se encontraba de viaje. Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Rusia, Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos, China) y Alemania se pusieron de acuerdo sobre un proyecto de resolución que prevé la imposición de nuevas sanciones a Irán por su negativa a suspender el enriquecimiento de uranio, anunció el jueves el embajador ruso en Naciones Unidas, Vitaly Churkin.

Su homólogo británico, Emyr Jones Parry, confirmó la existencia del acuerdo y anunció su intención de presentar un texto en nombre de las seis superpotencias durante una sesión de consulta prevista el jueves a las 16H00 GMT.

«¿Qué quieren? El pueblo iraní dispone ya del ciclo de combustible nuclear. Aunque todos ustedes se reúnan y hagan venir del infierno a sus ancestros, no lograrán impedir la marcha del pueblo iraní hacia el progreso», agregó el presidente iraní.

Irán se niega a acatar los términos de la resolución 1737 del Consejo de Seguridad, adoptada el 23 de diciembre, en la que se le exigía la suspensión de su programa de enriquecimiento de uranio.

Las grandes potencias sospechan que Irán quiere utilizar ese programa con fines militares, pero las autoridades iraníes sostienen que es exclusivamente pacífico y está destinado a producir combustible para sus futuras centrales nucleares.

En su habitual tono desafiante, el presidente de la República Islámica recalcó que su país no temía nuevas sanciones.

«Ellos (los occidentales) dicen que van a imponernos sanciones económicas. Nosotros les contestamos que hace 27 años que sufrimos sanciones», afirmó.

De esta manera, los dirigentes iraníes parecen haber optado por una línea dura al rechazar anticipadamente una nueva resolución del Consejo de Seguridad.

«Probablemente se adoptará una nueva resolución con sanciones más amplias», declaró Ali Akbar Velayati, ex ministro de Relaciones Exteriores y actual asesor del guía supremo para Relaciones Internacionales, citado por la prensa.

«Esta resolución tendrá sobre todo un efecto político y psicológico (…)», dijo Velayati, quien advirtió que su país no tenía la intención de «vivir nuevamente la experiencia de la suspensión de las actividades de enriquecimiento de uranio».

Irán suspendió durante dos años y medio sus actividades de enriquecimiento de uranio antes de reanudarlas, a principios de 2006.

Según Velayati, «Estados Unidos no se contentaría con la suspensión y luego mencionaría otras cuestiones, como la de Irak, Palestina y Líbano».

Desde hace diez días las seis superpotencias debatían sobre un paquete de medidas destinadas a fortalecer las sanciones ya adoptadas en diciembre.

El nuevo proyecto de resolución incluye un embargo a la compra de armas procedentes de Irán. Asimismo prevé restricciones financieras y comerciales y a los viajes de ciertas personalidades iraníes vinculadas al programa nuclear.

El proyecto de resolución, según una copia obtenida por la AFP, invoca, como la resolución número 1737, el artículo 41 de la Carta de Naciones Unidas, que autoriza la imposición de sanciones económicas y comerciales pero excluye el uso de la fuerza.

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