Hoy 
RAFAEL MOLINA MORILLO
La nota periodística da cuenta de una agencia de viajes estadounidense que está ofertando una travesía de entre diez y veintiún días a la Luna, cuyo boleto de ida y vuelta costará unos 100 millones de dólares. No se trata de una broma ni de hablar por hablar. La compañía que hace tal oferta, llamada Space Adventures, es la misma que se encargó del viaje de los dos primeros turistas espaciales.
La compañía, se dice, ha firmado un acuerdo con la Agencia Espacial Rusa para enviar dos pasajeros en una nave Soyuz hacia el satélite de la Tierra. Los primeros turistas lunáticos que contraten la excursión podrán realizarla en el año 2008, tras un exhaustivo entrenamiento de seis meses de duración. La nave que los lleve hacia el espacio no podrá, sin embargo, posarse en la superficie lunar, y lo más que podrá hacer es recorrer una órbita entera alrededor de la misma para luego regresar a la Tierra. De todos modos, se garantiza que la vista será espectacular. Desde luego, no habrá facilidades como cuarto de baño o cama.
Para que no se crea que esta es una idea disparatada, los promotores han calculado que entre 500 y 1,000 personas en todo el mundo podrían estar dispuestas a pagar el precio con tal de pasar a solo unos kilómetros de distancia de la superficie lunar. Más o menos, el mismo número de personas que pagarían 100 millones de dólares por tener un yate de lujo. ¿Por qué no van a querer viajar a la Luna?, aseguraba el presidente de la empresa.
Si usted dispusiera de cien millones de dólares, amigo o amiga lector o lectora, ¿se animaría a realizar un viaje semejante?
