Iris Pérez
Realiza  una cruz monumental en Santo Cerro de La Vega

Iris Pérez<BR>Realiza  una cruz monumental en Santo Cerro de La Vega

La  historia del arte nos enseña que muchos de los  grandes talentos de la pintura universal se han entregado a la figuración y representación de los símbolos sacros. La Edad Media, pero sobre todo, el  Renacimiento tienen un patrimonio universal de colecciones de pinturas y esculturas de los genios más imponentes, desde Michelangelo, Da  Vinci, el  Greco, Velásquez, sin olvidar todos los  maestros flamencos, destacando a  Van Eyck y  Rembrandt. Los maestros  clásicos, primitivos, o renacentistas, han recibido el apoyo de la alta cúspide eclesiástica  para ejecutar grandes obras visuales que mantuvieran el fuego de la fe, sobre todo católica y romana.

La representación de los santos, de los discípulos, de los  apóstoles y del Santo Cristo han marcado significativamente  la creación artística   europea de los siglos XII al siglo XVII, con escuelas muy caracterizadas, como por ejemplo,  la española del Siglo de Oro, con  tanta abundancia de detalles y escenas que en algunos casos ciertos excesos chocaban con  el misterio de la  Palabra Bíblica, predicando la caridad y la  humildad.

La genialidad de la obra artística  de Michelangelo, de Rapael, de Da Vinci, nos  llega a nosotros los seculares como  obras fundamentales de la historia universal del arte y  del apogeo económico y político de unos tiempos en que el catolicismo se codeaba con el poder y los negociantes, mercaderes y aventureros de Venecia, Sevilla, Amberes y Hamburgo, y no cuestionaban del valor del arte, frente  a la miseria, la peste y las guerras.

Diríamos aquí, como nos lo enseñó nuestro profesor de la Universidad  Sorbonne,  Vladimir Jankélévitch, “Las obras de arte  mayores del Siglo de  Oro, del Renacimiento, solo son aceptables si procedemos a un ejercicio de perdón  en nombre de las miserias de aquellos tiempos, y si entendemos que  hoy nos dejan un gran patrimonio que debemos considerar como obras fundamentales de la civilización judeo-cristiana, enfrentada como todas  las  civilizaciones, a su vanidad y a sus excesos”…

Y es que el exceso de representación puede chocar con la necesidad de  meditación, de  recogimiento, de  humildad, sobriedad  y  caridad. La obra   artística, relacionada con el cristianismo, tiene muchos matices.

La Cruz, es un símbolo dramático y espiritual de tanta  fuerza que muchos artistas se han inspirado en este  símbolo porque  la nobleza, la pureza y  la sobriedad de sus líneas llama  a un lenguaje  estético que  conjuga un equilibrio de forma y espíritu que va más allá  de la  Iglesia y del templo. La Cruz es una convergencia de valores humanos universales que por su forma minimalista y humilde puede concentrar en ella a muchos artistas vanguardistas que la utilizaron en sus obras abstractas y expresionistas, siendo Antoni Tapiés el maestro contemporáneo más inspirado espiritualmente al significado humano universal del símbolo.

Hace tres semanas, la  artista dominicana Iris Pérez nos asombró con un proyecto  artístico monumental solicitado  por el Obispado de La Vega para el Santo Cerro.

Durante  varias  semanas y algunos meses, esta artista nos mantuvo bajo  la presión de la  curiosidad  para llegar  al  lugar que por fin alcanzamos, para encontrarnos en una primera  etapa frente a una escultura de cerámica cruda  protegida por un andamio de  construcción, que enmarca  una Cruz  monumental de 9 metros de altura, levantándose en una de las laderas del  cerro, al pie de la iglesia, en comunicación abierta por los  brazos de la  Cruz con el valle de La  Vega Real y la  cordillera que llama todo el Cibao hacia ella.

Envuelta en sus maderas del andamio, la Cruz se impone como un auténtico “performance”  de sabiduría técnica y estética que se conjuga con equilibrio y sobriedad con el entorno humano y ecológico del lugar. La obra, se siente en el espacio como una presencia esencial que atrae la reflexión estética y formal de una  obra  monumental, una escultura de barro y metal, donde la  artista asocia el barro y la tierra como soporte de ejecución, pero  también,  como símbolo bíblico y espiritual, …tierra, barro, polvo…

Iris Pérez procedió integrando la comunidad del pueblo  Santo  Cerro ofreciendo participación de trabajo a albañiles, maestros de la construcción, carpinteros e  ingenieros, que contribuyeron con sus artes y oficios bajo las directivas de la artista. En este sentido, el proyecto se  llevó con los  principios de las  hermandades y cofradías  de oficios de  la Edad Media, que participaban en todas las construcciones de catedrales.

Compartiendo  con la población y la juventud, sentimos que la implicación humana despertó un interés marcado en la juventud hacia el arte, pues la artista, al mudarse en el municipio por varios meses, provocó una simbiosis con el lugar y sus habitantes  gracias  a este taller a cielo  abierto, para ver cómo ella avanzaba  montando laja tras laja de tierra cocida con inscrutaciones  de mensajes  espirituales de  una obra monumental que finaliza  y concluye el vía crucis que todos los creyentes experimentan en su procesión del Día de la Virgen de  Las Mercedes, que se celebra el próximo 24 de septiembre.

El discurso de la Cruz, como objeto de arte, se integra a  una totalidad existente  que se compone  del camino de la vegetación, de los poblados y que se concluye y finaliza en la Cruz. Por tal razón, la obra funciona como una instalación  tridimensional compuesta de elementos  botánicos naturales ofrecidos por la ecología geográfica del entorno, la escultura  de tierra y de metal, con la intervención de un rosario, animado por flores de resina  que se iluminan en la noche, trayendo un llamado espiritual a los lugareños por unas iluminaciones que sirven la llama de la fe…

Por los diferentes  testimonios que hemos escuchado, el resultado está mas  allá de la obra de arte, pues muchos y muchas manifiestan que lo importante ….Es  La Cruz porque es lo primero que se ve cuando uno llega al Santo  Cerro”… Otros y otras  añaden: “lo importante es que ahora nosotros tenemos una obra de arte, y la comunidad tendrá más gente que vendrá a visitarla y a conocer  nuestra iglesia”. Al oír estas palabras, es obvio que lo que nos unifica a todos los cristianos, católicos o evangélicos, es la Santa Cruz.

La Cruz, como llamado espiritual de los principios bíblicos y de las enseñanzas del Calvario de un Cristo-Salvador. En este sentido, la obra de Iris Pérez responde  al símbolo de la esperanza y del amor; su cruz tiene la sobriedad de la humildad, de la unión, y de la convergencia de todas la iglesias  que consideran la CRUZ como un elemento unificador, donde todos pueden acudir para  vivir una experiencia estética y espiritual, donde el arte y la fe contribuyen al crecimiento del ser humano. Aquí, estamos frente a una obra relevante  de arte público que nos  plantea la convivencia del arte con las comunidades espirituales. Saludamos al Ministerio de Turismo que a través de  su apoyo a la obra nos invita a conocer más el valor turístico de  “tierra  adentro”.

Agradecemos la entrega de una artista contemporánea como lo es Iris  Pérez, quien se entregó por varios meses demostrando que el arte tiene sentido  comunitario, social y espiritual, más allá  de las especulaciones del  mercado. Pronto, esperamos que  nos movilicemos a ir a conocer este proyecto,  ojalá fuese con la Asociación de Críticos de Arte para visitar la obra. Manténganse pendientes, que esto es digno de ser disfrutado.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas