Irma: la variable inesperada

Irma: la variable inesperada

El Banco Central dio un paso oportuno al liberar del Encaje Legal 20 mil millones de pesos que servirán para financiar medios productivos a tasa preferencial. Se busca con esta decisión sacar a la economía de la marcha ralentizada en que ha caído durante el primer semestre del presente año. Aún asumiendo que el frenazo obedecería a factores del entorno, es preocupante que el crecimiento económico en ese período haya declinado más de un 50% en relación con el primer semestre de 2016.
Pero a la coyuntura que motivó la resolución de la Junta Monetaria se suma ahora una disyuntiva que no estaba en la agenda. Se trata de la posibilidad de que el paso de Irma ocasione daños a infrestructura y producción que requieran sumas importantes para ser resarcidos. En ese escenario, los 20 mil millones liberados recientemente podrían resultar insuficientes para revertir, por un lado la ralentización sufrida en el primer semestre del año, y por el otro el efecto negativo del paso del huracán.
La economía necesita cambios estructurales que hagan más sólidos sus factores de crecimiento. Empero, para las coyunturas momentáneas ha sido atinado liberar dinero del Encaje Legal para acelerarla y lograr un cierre de año con déficit menos pronunciado. Ahora hay que estar atentos a qué tan afectados puedan quedar los factores de crecimiento después del azote de Irma.

Serenidad  y cordura

La conducta más atinada cuando la naturaleza deja sentir su fiereza es conservar la serenidad y la cordura, y responder positivamente a la gestión de ayuda de las autoridades. Por perturbadora que parezca, la evacuación de familias que habitan zonas vulnerables es una acción salvadora a la que ningún ciudadano debe oponer resistencia. Hay miles de hombres y mujeres incorporados a los cuerpos de socorro que exponen sus vidas por salvar las de otros. A ellos hay que hacerles más llevadera la misión de socorro que cumplen.
Un huracán de tanta magnitud como Irma pone a prueba el dominio que tenemos de nuestras reacciones ante el peligro. Nadie debe exponerse al peligro innecesariamente, ni estar donde la inseguridad es inminente. Serenidad y cordura son nuestras mejores virtudes en los momentos tensos.

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