Ironía de la historia, el filofascismo al poder en Italia

Ironía de la historia, el filofascismo al poder en Italia

César Pérez

El nazisfascismo ha ganado las pasadas elecciones en Italia, en una abigarrada rearticulación de los sectores del centro/sur y del norte de Italia que componen esa corriente política. De esa circunstancia, una lectura de ese triunfo debe acompañarse de una reflexión sobre su significado a nivel mundial y sobre el nerviosismo vivido por los países de la UE y de sectores de la OTAN ante el pronosticado triunfo de esa mezcla de soberanistas, filo fascistas y xenófobos, algunos de ellos acusados de recibir financiamiento de Putin. Además de evidenciar la complejidad de algunas coyunturas políticas, ese hecho constituye otra ironía de la historia.

Ironía, porque los dirigentes de los países de esa UE/OTAN, estuvieron al borde de un ataque de nervios ante el inminente triunfo del nazisfascismo apoyado por Putin y la extrema derecha europea. Sin embargo, fue esa OTAN la que durante la guerra fría impuso la llamada Operación Gladio para impedir, a todo costo, que el Partido Comunista Italiano, el más grande de Occidente, asumiese el poder. A tal efecto, esa alianza apadrinó mortales actos terroristas de la ultraderecha italiana en algunas plazas y contra trenes repletos de trabajadores.

El objetivo de esa operación era impedir cualquier Gobierno que, en Europa, pudiese ser punta de lanza contra la ex URSS. Hoy, los llamados neonazis constituyen los caballos de Troya de Putin para subvertir la Unión Europea.

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Pero, lo determinante para que se configuren gobiernos o partidos de esa ominosa orientación es el fracaso de muchos Gobiernos que se dicen socialdemócratas, activos ejecutores del desmonte de las conquistas sociales de los años 50/60, a través de la aplicación de las políticas neoliberales iniciadas en los 80.

Actualmente, los grandes flujos migratorios, sin los cuales el capitalismo moderno no puede funcionar, son factores de serios problemas sociales que se manifiestan en miedos y prejuicios de todo tipo, muchos de ellos subyacentes en algunas sociedades.

En el norte de Italia son más fuertes los prejuicios que desembocan en actitudes de rechazo al extranjero y al secesionismo, pero hoy la romana Giorgia Meloni, con sus posiciones ultraderechistas y sus prejuicios sobre temas de género y migratorio, encabeza la alianza del centro/sur con los grupos ultraderechistas y filonazis del norte.

Que en un país como Italia, de sólidas tradiciones de la cultura de izquierda, el ultranacionalismo asuma el poder, constituye una advertencia para la generalidad de los países del mundo.