Irrespeto

Irrespeto

Peter Beier, el empresario chocolatero danés que ocupa nuestra atención, debe ser alguien muy extraño, un tanto tozudo y poco respetuoso y, además, subyugado por un extraño masoquismo.

O quizás las malas dotes corresponden a Dorthe Lønstrup, periodista del diario Politikan, de Dinamarca, que dice haber entrevistado a este empresario y que vacía en una amplia crónica toda suerte de insultos contra los dominicanos, sus costumbres y condiciones de vida.

Lo cierto es que la crónica de marras no es más que un ejercicio en el cual se mezclan algunas posibles verdades con medias verdades y fantasías que dan por resultado un coctail ofensivo contra una nación imperfecta, pero todavía con muy buena voluntad hacia los extranjeros, buena voluntad que a veces raya en la ingenuidad.

Beier, según esa crónica, se quejaría de inseguridad en su negocio, pero a la vez expresa la voluntad de vivir con su familia en la República Dominicana.

Extrañamente, con todo lo malo que atribuye a la gente de este país, planifica la compra de más tierra para expandir sus plantaciones de cacao, del mejor cacao según confiesa.

El escrito en cuestión define como jungla en la cual los dominicanos no tienen que trabajar, pues les basta con recoger los frutos que se dan en abundancia.

[b]-II-[/b]

La única conclusión que se puede sacar de esta crónica es que se trata de la fiebre de una mente de la Europa desarrollada que cuando cree comprobar una lacra en el mundo subdesarrollado, suele generalizar y pasar por alto que aún en sus propias esferas existen especímenes despreciables y también corruptos.

Entre los dominicanos hay muchos defectos, eso es cierto, pero nadie puede darse el lujo de tildarlos de vagos, pues la construcción de este país y lo poco o lo mucho que hemos logrado ha sido a fuerza de trabajo, de esfuerzo propio, pese a que la explotación del hombre por el hombre no ha sido un verdadero estímulo a la labor permanente.

Los inventos que contiene la crónica que nos ocupa no los desmentimos nosotros, sino cientos de miles de extranjeros que vienen a este país, entre ellos muchos que, igual que Beier, aspiran a vivir entre nosotros y untarse de nuestra calidad humana y hospitalidad.

Cada vez son más los extranjeros, especialmente europeos, que vienen atraidos por las potencialidades de este país y que aspiran a ser nuestros socios en el desarrollo. Extraño que una periodista de esa parte del mundo no esté enterada de ello.

[b]¿Indultos o insultos?[/b]

Uno de los hombres acusados de participación en el secuestro y posterior asesinato de Gelson David González Valdez y Jesús Javier Aracena había sido indultado el 23 de diciembre último. Significa eso que se involucró en una acción criminosa cuatro o cinco días después de haber sido perdonado por el Poder Ejecutivo.

Pero no es caso único. Gente condenada por homicidio, con antecedentes de violencia y con juicio pendiente en apelación por recursos interpuestos por la parte civil y otra de las partes, fue también incluida en la lista de personas a indultar por buena conducta en prisión.

Aquí hay una de dos cosas: o la capacidad de simulación de algunos reos es tan alta que convence a la Comisión de Indultos, o la ingenuidad y desparpajo de ésta la lleva a errar como lo ha erstado haciendo. En estas circunstancias no deberíamos, entonces, hablar de indultos, sino de graves insultos a la ética y la justicia.

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