Irresponsabilidad presidencial
ante una catástrofe nacional

Irresponsabilidad presidencial<BR>ante una catástrofe nacional

JOSÉ LOIS MALKUN
Al anunciar el sábado antepasado lluvias por 48 horas, con las clásicas advertencias a las embarcaciones y moradores de las riberas de ríos, las autoridades del Gobierno se olvidaron de sus obligaciones y nunca más dieron signos de vida hasta después de la catástrofe.

Algo parecido sucedió en el Gobierno anterior del PLD, cuando un funcionario de Meteorología anunciaba que el Huracán George se alejaba del país, mientras en ese mismo momento el fenómeno estaba entrando por la costa Este. Esa inadvertencia causó la innecesaria pérdida de cientos de vidas humanas y miles de millones de pesos en daños, que pudieron evitarse en gran medida con acciones preventivas e informaciones veraces. Y todo esto ocurre por las improvisaciones de unas autoridades que solo velan por defender sus propios intereses y mantenerse con engaños en el poder, al margen de las consecuencias que ello pudiera implicar.

Veamos esta perla. El domingo 28 de noviembre y en horas de la noche, los vientos de la tormenta tropical Noel azotaban el país con ráfagas de hasta 70 kilómetros de intensidad y fuertes lluvias, mientras el canal oficial y una cadena de radio y televisión transmitían la rueda de prensa del Presidente Fernández, quien con su cara dura, mentía nuevamente sobre el préstamo de la Sunland.

No le importó al Gobierno ni a las autoridades del canal oficial que muchos ciudadanos estuvieran perdiendo sus vidas o luchando para salvarse ante la embestida de una tormenta que nunca fue anunciada. Tampoco pensaron que lo correcto era tomar el canal oficial y con una cadena de radio y televisión, advertirle al país de lo que estaba ocurriendo para que tomaran sus precauciones. Prefirieron transmitir una y otra vez la entrevista del Presidente, donde una y otra vez mentía y ofendía la imaginación de los dominicanos.

Una entrevista amañada de antemano y conducida con torpeza para explicar lo que jamás pudo ser explicado. Presidente, lo que el pueblo quería saber y usted no respondió es ¿Dónde está el dinero del préstamo de US$132 millones de la Sunland? ¿En qué banco está depositado y a nombre de quién? ¿Y los pagarés que se firmaron, quién los tiene? ¿Cuál es la tasa de interés de esos préstamos? Y las comisiones, ¿cuánto representó y quién las cobra? Además, Señor Presidente, ese fue un préstamo externo inconstitucionalmente negociado para contratar obras sin licitación y que nadie sabe su costo real. Aunque usted lleve mil expertos para demostrar lo contrario, esa es una operación absolutamente ilegal, que usted mismo patrocinó.

Y mientras el canal oficial, en cadena con varios canales televisivos y de radio, mostraba al Presidente justificando la inconstitucionalidad de ese préstamo, el país sufría una gran catástrofe de la que nadie fue informado. Catástrofe que causó más 60 muertos (cifra muy preliminar), decenas de desaparecidos, miles de casas anegadas por las aguas, más de 50 mil personas movilizadas de sus viviendas, varios puentes, carreteras, acueductos, sistemas de riego e infraestructura eléctrica destruida, decenas de comunidades aisladas, grandes pérdidas en la agricultura, la economía paralizada durante varios días y sin luz eléctrica por más de 73 horas. Un desastre nacional.

Si este fuera un Gobierno mínimamente responsable estuviera pidiéndole perdón a sus ciudadanos. Solo bastaba entrar a Internet y captar las imágenes de satélite para saber la desgracia que se avecinaba. En Estados Unidos, hasta para una depresión tropical, los canales y estaciones de radio, se dedican las 24 horas del día a informarles a los ciudadanos las condiciones del tiempo y las medidas de prevención que deben tomar.

Pero aquí nadie pensó en eso. Porque el partido en el poder solo piensa en una cosa: la reelección. Lo demás no cuenta. Ese mismo domingo 28, sus dirigentes realizaban bandereos en varios lugares de la ciudad para promover a su candidato, cuando debieron estar en estado de alerta máxima. Ahora el Gobierno convertirá la asistencia a los damnificados en parte de su campaña política. Quizás esa era la idea, después de todo y por eso las autoridades mantuvieron a la población desinformada. Ya las funditas de comida llevan impreso «e pa’lante que vamos». Que paisote.

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