POR DIEGO PESQUEIRA
Los tribunales y las labores de la Fiscalía de la provincia Santo Domingo fueron paralizadas ayer cuando se produjo un conflicto entre individuos que exigían que se les dejara laborar como fiscales y reclamaban a los representantes del ministerio público que bajaran de los estrados porque supuestamente estaban sustituidos.

Los jueces suspendieron las audiencias y las vistas cuando el grupo de personas se presentó a los tribunales a exigir que salieran los fiscales que estaban en las audiencias.

Los ayudantes de fiscales que serán sustituidos argumentan que los que reclaman sus puestos aún no han sido nombrados por decreto, razón por la que los jueces desconocen su calidad para ejercer las funciones de ministerio público.

Uno de los conflictos se produjo en la Corte Penal, cuando ante el juez Darío Gómez se presentó un supuesto fiscal y pidió al fiscal José Antonio Nina, quien estaba en la audiencia, que bajara de estrado porque había cesado en sus funciones el pasado 16 de agosto.

El juez Gómez y el fiscal Nina requirieron el decreto que acredita al reclamante para desempeñarse como fiscal, pero no lo pudo mostrar.

«Esto no es un relajo, es un tribunal. Eso es un irrespeto», expresó el juez Gómez en momentos en que bajaba de estrados y suspendió la audiencia.

Otro caso similar se presentó en las demás cámara penales y en los juzgados de instrucción donde los magistrados decidieron suspender las audiencias.

Fuentes informaron a HOY que los jueces no aceptaron los nuevos fiscales porque carecían de acreditación y tampoco estaban nombrados mediante decreto del poder Ejecutivo.

En los departamentos de Quejas y Querellas y en el de Familia y Menores, los nuevos fiscales ordenaron a los que atendían distintos casos salir de las oficinas porque ya no debían seguir en esas funciones.

Les advirtieron que todas sus decisiones serían nulas porque habían cesado en esas funciones al pasado 16 de agosto.

La acción fue censurada por ciudadanos que acudieron en busca de solución de conflictos a la Fiscalía.

Mientras los fiscales entrantes ocupaban las posiciones que estimaban suyas, los salientes se mantenían en otras áreas a la espera de una solución al conflicto.