Las diferencias de estrategia en el compromiso de lucha a favor de la justicia social y contra el racismo, en Estados Unidos, llegó a la NBA con el enfrentamiento de posturas que lideran y defienden LeBron James y Kyrie Irving.
Las diferencias no son nuevas en la trayectoria personal y profesional de estos jugadores con enfoques y conceptos muy diferentes dentro y fuera del campo y que que incluso los obligó a separar sus caminos cuando eran compañeros en los Cleveland Cavaliers y ganaron el título de la NBA.
Ahora, sus diferencias pueden generar no solo problemas a un equipo sino a toda la liga ya que Irving no quiere un reinicio de la temporada a partir del próximo 30 de julio y sí seguir con la protesta social que ha surgido en todo el país con motivo de la muerte de George Floyd a manos un policía de Mineápolis.
La postura de Irving contra el regreso de la NBA, en medio de un movimiento de justicia social “histórico”, tiene un apoyo significativo entre los jugadores de la liga.
Sin embargo, otras estrellas, como Lebron James, consideran que no debe haber solo un camino en esa lucha y no están de acuerdo con Irving.
Su argumento es que cuatro meses de cobertura diaria en los medios de comunicación que darán información a los aficionados, ansiosos de recibir todo lo que sucede en el mundo deportivo, puede ser un vehículo aún más fuerte para su mensaje mientras se termina con la temporada.
El base de los Houston Rockets, Austin Rivers, cree que se pueden hacer ambas cosas: “Podemos hacer las dos cosas. Podemos jugar y podemos ayudar a cambiar la forma en que se vive la vida de los negros. ¡Los chicos quieren jugar!”.