El Ministro de Energía y Minas consideró que la República Dominicana es como “un mendigo sentado sobre una gran mina de oro”, sin saber que tiene bajo los pies recursos abundantes para romper su cadena de pobreza y elevar la calidad de vida.
Antonio Isa Conde se pronunció en esos términos al defender la actividad extractiva, metálica, no metálica y de hidrocarburos, «con criterios de sostenibilidad, el menor impacto posible en el ambiente y asegurando justa distribución de riquezas para las comunidades».
“Las posibilidades que tiene este país en el desarrollo minero son grandísimas y no sólo en la minería metálica, sino en hidrocarburos, en petróleo y en gas,” afirmó.
Resaltó que si fuese posible desarrollar las capacidades que tiene hoy la República Dominicana en minería metálica, en un tiempo relativamente corto pudieran duplicarse los resultados en términos de exportaciones y generación de ingresos para el Estado.
“Pero lo que podemos hacer en materia de hidrocarburos, y en eso estamos dando pasos adelante, es impresionante. Estamos a la puerta del desarrollo responsable y sostenible de la exploración y explotación de petróleo y gas, lo cual significa riqueza,” argumentó.
Abogó porque los recursos extraídos de la tierra sean usados para crear «fuentes permanentes de trabajo de calidad; proteger mucho más el medio ambiente y propiciar las infraestructuras que permitan un uso racional del agua, que registra un alto volumen de pérdida en actividades como la agricultura».
Isa Conde externó sus consideraciones durante un conversatorio en el Taller de Multiplicadores del Programa Aula del Saber Minero, con la participación de jóvenes de las provincias Independencia, Barahona, Pedernales, Monseñor Nouel, Santo Domingo, Monte Pata, San Cristóbal, Hato Mayor, La Vega y San Juan.
Pecado de la minería. El funcionario sostuvo que la minería arrastra “un pecado original” desde la colonización de la isla, debido a las grandes depredaciones que se produjeron, y que esa situación impide discernir en el presente todo lo bueno que a su juicio está ocurriendo en la industria extractiva.
Manifestó que no es lo mismo el modelo de extracción de la Rosario Dominicana, donde prevaleció el desastre y la acumulación de pasivos ambientales, que los desarrollos mineros de la actualidad basados en tecnologías que mitigan el daño ambiental.
Expresó que los errores mineros del pasado, «conjuntamente con el ejercicio actual de la posverdad montada en las redes sociales», impiden ver que la minería ha cambiado.
“Por eso levanto la bandera de la minería responsable y sostenible, basada en la preservación que salda los pasivos ambientales e impulsa desarrollo social y económico de las comunidades,” subrayó.
Recordó, sin embargo, que es inútil explotar las riquezas naturales si no se utilizarán para “sembrar el desarrollo” con responsabilidad social, ambiental y justa distribución de ingresos.