La Reina Isabel II terminó el 2020 más fuerte que nunca. En el trono desde hace 68 años, la monarca de 94 años, lejos de abdicar, vive sus horas más gloriosas.
Sin sufrir desgaste tras el largo proceso que condujo a la separación del Reino Unido de la Unión Europea, cuenta con una abrumadora aprobación del 83%. Los británicos la aman, quizás como nunca antes.
¿Cuál es la fórmula que hizo que esta mujer pudiera mantenerse tanto tiempo en el trono y pareciera no sufrir las consecuencias -y un desgaste lógico- del paso del tiempo? Evidentemente su personalidad y su forma astuta de manejar los distintos asuntos tuvieron mucho que ver.
Si bien el año que acaba de terminar fue muy difícil para todos por la pandemia de coronavirus, Isabel, que debió estar encerrada como millones de personas en todo el mundo, salió fortalecida.
“En el Reino Unido y en todo el mundo, la gente ha sabido hacer frente a los retos y dificultades de este año y esto me llena de orgullo. Me gustaría agradecer en particular a los jóvenes por el papel que han jugado”, dijo en su tradicional discurso de Navidad.
Estas navidades fueron las primeras en casi cuatro décadas que la Reina no pasó en su residencia de Sandringham, como es habitual, sino que permaneció en el castillo de Windsor, junto al duque de Edimburgo, como ha hecho desde que se desencadenó la pandemia.
Esto quiere decir que no se ha podido reunir con el resto de su familia por las restricciones que existen en el Reino Unido y que mantienen a buena parte del país prácticamente confinado.
Ante esta circunstancia, la monarca se acordó de todas las personas que, por una razón, u otra, han perdido a algún ser querido a lo largo de los últimos meses o que están pasando estas fechas en soledad.
“Para muchos, este año estará teñido de tristeza. Unos lamentarán la pérdida de alguna persona que querían, mientras que otros echarán de menos a sus amigos y familiares al estar lejos de ellos por seguridad, cuando lo único que realmente todos queremos en estas fechas es un abrazo o que nos den la mano”, afirmó.
“Si eres uno de ellos, quiero que sepas que no estás solo y que mis condolencias y oraciones están contigo”, concluyó.
Sus años más difíciles
1992 y 1997 fueron dos de sus años más difíciles en el trono sin dudas. En el primero, cuando ya llevaba 40 años como reina, celebró su llamado Jubileo de Rubíes con un discurso solemne. Allí sorprendió con la expresión “annus horribilis”. Con esas palabras, reconocía que el año le había resultado muy complicado.
En 1992, dos de sus cuatro hijos (Andrés y Ana) se habían divorciado. Además, el castillo de Windsor, su residencia favorita, había sufrido un grave incendio. Y, como si fuera poco, el príncipe Carlos salía en las portadas de todos los periódicos y Lady Di se vengaba de su marido contando sus miserias en una autobiografía por entregas.
Un lustro después llegaría su “annus horribilis 2″, con el accidente fatal de Lady Di en el túnel del Alma de París, con solo 36 años. La Reina se vio desbordada por el tremendo impacto de la noticia en su pueblo y en el mundo entero.
Nunca le perdonó al primer ministro Tony Blair que haya apodado a Diana como “la princesa del pueblo”. Una muestra de ese rencor es que todavía no le concedió ninguno de los honores con los que se distingue a los estadistas británicos.
Ese seguramente haya sido el momento más difícil del largo reinado de Isabel II porque con la noticia de la muerte de Diana parecía haber perdido eso tan preciado por la monarquía: el lazo con el pueblo.
Si algo tuvo Isabel II fue la capacidad de remontar esa imagen negativa que inundó a la Corona por esos años ‘90.
Poco más de 20 años después de la muerte de Lady Di, en este 2020 que acaba de terminar, con el coronavirus que golpeó fuerte en el Reino Unido, la popularidad de la Reina está por las nubes. De acuerdo a YouGov, la principal firma demoscópica del país, Isabel II es la figura más valorada de la Familia Real, con un 83% de aprobación y solo un 12% de rechazo.
La sigue su nieto William, con un 80% de imagen positiva. Del lado de los que peor imagen tienen están Meghan Markle, con un 59% de rechazo, y el Príncipe Andrés, que solo recibe la aprobación del 7% de la población tras verse salpicado por el escándalo Jeffrey Epstein.
Otro dato importante y que hace a la Reina aún más fuerte es que un 55% de los británicos consideran que la monarquía es “buena para el Reino Unido”, frente a un 27% que la rechaza.
El mérito de hacerse fuerte en 2020
Terminar el 2020 con su popularidad por las nubes y con un gran apoyo para la monarquía es meritorio porque el año no resultó sencillo para la Corona.
El primer dolor de cabeza para Isabel II fue en enero, cuando los duques de Sussex, Harry y Meghan, anunciaron sorpresivamente que renunciaban a sus roles reales y se mudaban a Estados Unidos. Si bien públicamente la Reina manifestó que “apoyaba” la decisión, fue un golpe inesperado y duro para ella.
El segundo impacto del año fue sufrir la pandemia de cerca, dado que hubo dos contagios en la familia: Carlos y Guillermo. En marzo, Isabel fue a refugiarse en Windsor, lugar en el que hoy continúa. Allí está junto a su marido y un staff mínimo imprescindible, a fin de evitar el contagio.
Pese a tener que estar encerrada, la Reina siguió activa con distintos eventos por videollamada. Si bien en 2019 la soberana mantuvo 295 compromisos públicos, superando a sus hijos y nietos; en el año de la pandemia han caído a 133, de los que 71 fueron virtuales.
El Brexit
En un año en que se consolidó la salida del Reino Unido de la Unión Europea, la posición de Isabel sobre el Brexit no trascendió explícitamente. No quiso comprometer su obligada neutralidad constitucional en un tema tan divisivo para la sociedad británica.
La Cámara de los Lores ha respaldado el miércoles el acuerdo que regulará las relaciones entre Reino Unido y la Unión Europea, y horas después la jefa del Estado, la reina Isabel II, firmaba también el acuerdo convirtiéndolo en ley y poniendo fin a un año de frenéticas negociaciones.
El acuerdo concluyó su tramitación parlamentaria en una única jornada y sin oposición en la Cámara Alta. Tras la firma real, la ley entró en vigor antes de las 23:00 horas del jueves 31 de diciembre, cuando terminaba el periodo de transición del Brexit.
La vacuna contra el covid-19
La Reina recibirá en las próximas semanas la vacuna Pfizer-BioNTech, que ya obtuvo luz verde de las autoridades sanitarias británicas.
La soberana de 94 años y su esposo, el príncipe Felipe, de 99, se vacunarán pronto debido a su edad y no por un trato preferencial, afirmó el Mail on Sunday.