La reina Isabel II deja atrás un importante legado, no solo a nivel político, sino también en la moda.
Estilísticamente, todos los días durante sus 70 años de reinado dio en el clavo. Nunca estuvo demasiado formal, informal o simplemente mal vestida.
La monarca, como todas las mujeres con un estilo innato, con el paso de los años logró perfeccionar hasta conseguir una fórmula ganadora.
Estilo atemporal
La mayoría de las veces, usaba un vestido-abrigo complementado con un sombrero a juego , un collar de perlas de tres vueltas y un broche, elegantes mocasines Gucci, guantes blancos de jersey de algodón y un brillante bolso de mano cuadrado.
La reina del color block
Si bien siempre usaba los mismos accesorios, con el color era todo lo contrario, sus look pasaron por toda la paleta cromática.
Las tonalidades de sus trajes van desde los tonos pastel hasta los atrevidos colores brillantes, pasando por los metálicos, e incluso por una paleta de colores llamativos que rozan los neones. No hay una tonalidad que no haya llevado Su Majestad.
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Siempre usó el mismo zapato
Desde 1953 usó siempre el mismo modelo. Unos mocasines que actualmente son tendencia y que no pueden faltar en ningún armario que se precie. Son un buen básico que hará realidad esa elegancia que permitirá que se combine con todo nuestro armario. Para ir a trabajar o descubrir el mundo son una apuesta segura que tiene el sello de Isabel II .
Gucci fue la marca elegida para calzar los pies de la monarca. Los requisitos de Isabel II eran muchos, pero, en definitiva, ella lo que pedía era un calzado cómodo y elegante para poder realizar su trabajo.
La cartera cuadrada
La reina Isabel II utilizaba el mismo estilo de cartera de la marca Launer. Eran diseños livianos para que le resultaran cómodos.
En el 2021, la reina hizo un cambio personal que solo llegaban a apreciar los expertos en la materia o el propio creador del accesorio estrella de su vestuario. Gerald Bodmer, consejero delegado de Launer, reveló que sus últimos diseños fueron “más livianos” para que le resultaran más cómodos.
La marca creó bolsos para la reina británica en versiones casi idénticas.
Un dato curioso es que el bolso le servía a la reina británica para transmitir mensajes discretos a sus colaboradores. Una especie de código cifrado que exigía atención, claves y costumbre de interpretación.
Según reveló en 2017 el historiador y experto en la familia real británica Hugo Vickers a la revista estadounidense People, si la monarca pasaba el complemento de una mano a otra significaba que está preparada para terminar una conversación.
La mujer detrás del estilo
La responsable del estilo de la reina fue su asesora de confianza, Angela Kelly, que se incorporó a la casa real en 1994 como una de las vestuaristas del palacio; luego ascendió al cargo de asistente personal, asesora y preservadora (de las joyas, las insignias y el vestuario de la reina).
Lo que queda claro es que tras haber estado setenta años frente a la corona británica, Isabel II siempre fue fiel a su estilo, único y elegante, pero también destacable por sus alegres y altas dosis de color.
Fue una mujer con un estilo de vestir apegado a los estándares estéticos.