Isla de la Vaca un tesoro de Haití que no es visitado por turistas

Isla de la Vaca un tesoro de Haití que no es visitado por turistas

ILE A VACHE, Haití. AFP. Una isla de pescadores en el sur de Haití, antiguo refugio de piratas, con playas paradisíacas en bahías rodeadas de piedra blanca, es un tesoro natural que muestra otra cara del país, pero no tiene turistas y mucho menos en tiempos de incertidumbre electoral.

«Esta isla es el último rincón virgen del Caribe. Tiene un potencial increíble y hay cantidad de inversionistas que quieren venir a hacer proyectos, pero somos víctimas de la política», dijo a la AFP Didier Boulard, dueño del hotel Port Morgan.

El hotel es el principal emprendimiento del lugar y se levanta sobre el morro de una bahía que fue refugio en el siglo XVII del más conocido pirata del Caribe, el inglés sir Henry Morgan.

La historia dice que unos 3.000 piratas, bucaneros y corsarios merodeaban esta región comandados por Morgan hasta su partida hacia Jamaica, donde la corona británica le dio títulos de nobleza por sus servicios.  

«Hace falta mejorar la infraestructura para recibir turismo, se necesitan construir al menos unas 30.000 habitaciones de hotel en Haití», dijo Boulard, un ingeniero francés de 63 años que llegó hace 23 años a  durante una travesía en su propio barco, y decidió quedarse y construir su hotel.

«Hoy este país es la mayor cantera del Caribe. Hay que hacerlo por completo», agregó el empresario.

Ile a Vache (Isla de la Vaca) está a unos 190 kilometros al sur de Puerto Príncipe y se accede a ella en un cruce de 20 minutos en lancha desde Des Cayes (Los Cayos), una de las ciudades más antiguas de Haití donde los planes de construir un aeropuerto internacional se postergan desde hace años.

El proyecto, que permitiría traer turismo internacional a toda la región sin pasar por el caos en que se ha convertido Puerto Príncipe tras el terremoto de 2010, forma parte de las previsiones de cada nuevo gobierno haitiano, pero nunca se hace realidad, se lamentan los lugareños.

Haití celebró ayer la segunda ronda de unas elecciones presidenciales impregnadas de incertidumbre y tensión política por el  regreso del ex presidente Jean Bertrand Aristide, tras siete años de exilio en Sudáfrica, que se suma al retorno hace dos meses del ex dictador Jean-Paul ‘Baby Doc’ Duvalier, luego de 25 años refugiado en Francia.

La reaparición de los dos viejos líderes –archienemigos durante años–, en plena contienda electoral, generó  preocupación previo a los comicios que deben definir al nuevo presidente entre el popular cantante Michel ‘Sweet Micky’ Martelly y la ex primera dama Mirlande Manigat.  

«En Haití siempre hay que esperar y ver que pasa. Después de las elecciones podremos saber si vienen buenos tiempos para el turismo», comenta Allen Coll Guillen, un catalán de Barcelona que trabaja como manager del lugar.

«Mis amigos me dicen: ‘Estas en Haití. Estas loco’. Pero si vinieran no podrían creer la belleza de Ile a Vache», dice Guillen.

Sin luz ni agua

En la isla viven unas 15,000 personas. No hay ni un solo automóvil, ni caminos, ni agua corriente, ni electricidad, aunque algunas casas tienen paneles solares que recibieron por donaciones.   Los pobladores se trasladan a pie por los 50 km cuadrados de territorio mayormente montañoso, en botes con motor o canoas construídas con troncos de árboles.

«Hay gran cantidad de buques hundidos de la época de los piratas y estamos trabajando para que se declare a la zona de preservación histórica y marítima», señala Sequoia Sun, un canadiense integrante de la organización ‘Amigos de Ile a Vache’.  

Las playas de la isla están plagadas de enormes caracoles que, además de las langostas y el pescado, son la base de la alimentación local.   A pocos metros del mar, en casas construídas con palos y recubiertas con hojas de palmeras, las familias pasan el día en tareas domésticas.  Los hombres tejen nuevas redes de pesca, las mujeres cocinan al aire libre, los niños corren desnudos y comen sentados en el piso de tierra.

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