Chile es una larga y angosta franja rodeada por la Cordillera de los Andes por el Este y por el Océano Pacífico por el Oeste. Al tener una extensa costa, posee muchas islas grandes y pequeñas, muchas de ellas habitadas por personas y otras sólo con animales como focas o pingüinos y naturaleza virgen. Entre las más importantes se encuentra la isla de Pascua a unos 3.800 km (2.360 millas)
Ubicada en medio del Pacífico Sur, se encuentra este fascinante museo arqueológico a cielo abierto que alberga muchos misterios aún sin resolver. Destacan las colosales esculturas de piedra de hasta seis metros conocidas como moais, que se erigen de espaldas al Océano Pacífico. Entre sus atractivos encontramos a Hanga Roa, lugar donde habitan los lugareños; Tahai, centro ceremonial que reúne testimonios de esta cultura; la aldea ceremonial de Orongo, en el borde del cráter Rano Kau donde se conservan petroglifos con simbólicas imágenes de la cultura ancestral; la cantera donde se tallaban los moais, en el volcán Rano Raraku; el Ahu Tongariki, con una impresionante hilera de moais gigantescos; el Ahu Akivi, el único lugar donde los moais miran hacia el mar…
Isla de Pascua posee también las dos mejores playas de Chile: Anakena, de aguas turquesas y arena blanca y Ovahe, de arena rosada y olas de una transparencia perfecta.
El inigualable patrimonio arqueológico, la singularidad de sus habitantes y tradiciones, la transparencia de sus aguas, su gentil geografía y blancas playas atraen a cientos de viajeros y aventureros de todas partes del mundo, quienes encuentran aquí un lugar paradísiaco para la práctica del buceo, exploración de cavernas, tours arqueológicos, caminatas y cabalgatas.