Islandia: el primer país sub-prime

Islandia: el primer país sub-prime

Con sus 103,000 kilómetros cuadrados y una población de 304,367 habitantes, Islandia, esa  isla situada al noroeste del Reino Unido, era hasta hace pocas semanas una especie de paraíso terrenal, con una población educada (7.8% del PIB gasto educación) un extenso sistema de bienestar social, incluyendo generosos subsidios a la vivienda, ingreso per cápita dentro de los cinco primeros lugares mundiales; sin embargo la crisis financiera global ha cobrado su primera víctima convirtiéndola en el primer país sub-prime.

En términos macro-económicos Islandia presentaba un adecuado desempeño; en los últimos cuatro años el PIB creció a una tasa promedio de 5.8%, inflación promedio de 4.7%, superávit fiscal equivalente al 1.6% del PIB, deuda pública externa 28% del PIB,  y en términos sociales  1% de desempleo y una distribución del ingreso, que medida por el índice Gini, fue de 25, superada mundialmente solo por Dinamarca con 23.5 y empatada con Suecia. El principal problema de la economía islandesa era el persistente déficit en cuenta corriente que alcanzó el 25.4% del PIB en el 2006 y 15.6% en el 2007.

Y un segundo problema representado por un sistema financiero con tres bancos cuyos activos eran equivalentes al 1000% del PIB y una mega-deuda externa rondando los 550% del PIB; dichos bancos crecieron sin una adecuada base patrimonial, captando  recursos  por las altas tasas de interés  y también con el negocio  del “carry trade”. El carry trade es una modalidad de especulación con divisas y tasas de interés en que los  jugadores toman dinero prestado a corto plazo (por ejemplo en Japón que las tasas de interés llegaron a 0.5%) para prestarlos en países, como Islandia, donde las tasas eran superiores o también con esos recursos baratos en una divisa compraban otras apostando a la apreciación de éstas con relación a la primera.

El alza mundial de los tipos de interés a partir del 2005 afectaron el carry trade, sin embargo los bancos islandeses seguían captando capitales a tasas elevadas de interés hasta que la burbuja comenzó a desinflarse al ritmo de la crisis financiera global, la estampida de capitales especulativos, la devaluación de la corona islandesa en 40% este año y finalmente el colapso de los tres principales bancos que debieron ser intervenidos por el gobierno.

El colapso financiero de Islandia presenta ramificaciones a toda Europa, incluyendo la exposición de los bancos británicos y justamente a los pocos días de la caída del Kauphting, el primer ministro Gordon Brown realizó el anuncio de la inyección de recursos a los principales a cambio de participación accionaria.

La fiesta se terminó en Islanda y de un centro financiero se ha convertido en otro epicentro de la crisis mundial por obra y gracia de la defectuosa supervisión local, la desregulada globalización financiera y la especulación desenfrenada.

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