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RAFAH, franja de Gaza (AFP).- Israel reabrió el viernes en la mañana el retén de Rafah, entre Egipto y la franja de Gaza, poniendo fin a la pesadilla de cerca de 3.000 palestinos bloqueados en condiciones lamentables en ese lugar desde hacía tres semanas.
Además, el ejército israelí mató en dos sucesos distintos a dos activistas palestinos que se aproximaban a unas colonias judías en la franja de Gaza y en Cisjordania. Con su muerte, el número de víctimas desde que estalló la Intifada a finales de septiembre de 2000 se eleva ya a 4.221, incluidos 3.224 palestinos y 926 israelíes.
Los primeros grupos de viajeros, con visibles signos de cansancio, cruzaron en autobús el retén de Rafah, procedentes de Egipto.
Según las autoridades israelíes que controlan ese punto de paso cerrado desde el 18 de junio «por alertas de atentados», estará de nuevo abierto «siete días a la semana». El ejército temía que se hubiera excavado un túnel cerca del retén para hacerlo saltar por los aires.
Más de 3.000 palestinos esperaban desde el cierre, en condiciones muy duras, para atravesar el retén y regresar a Gaza.
La administración israelí había propuesto a los viajeros entrar en Israel por el paso de Nitsanit, al sureste de Rafah, para luego llegar a Gaza, pero los palestinos rechazaron esta solución porque sólo permitía la entrada de un reducido número de viajeros.
La Autoridad Palestina, gobiernos extranjeros, como el de Francia, y organizaciones defensoras de los derechos humanos habían protestado por el cierre del retén, señalando las deficientes condiciones sanitarias de los palestinos bloqueados.
Según un responsable egipcio, tres palestinas sufrieron abortos espontáneos en ese lugar.
La ciudad de Rafah está situada en la frontera entre Egipto y la franja de Gaza. Los acuerdos sobre la autonomía palestina, firmados en 1993, otorgaron a las autoridades israelíes el control del puesto fronterizo de Rafah del lado palestino.
Además, la decisión del ministro israelí de Defensa, Shaul Mofaz, de autorizar «en principio» a policías palestinos a llevar armas de nuevo en Cisjordania para «hacer frente a la anárquica situación» causó una ola de protestas en su propio partido, el Likud (derecha).
Pero Mofaz aseguró el viernes que esos policías no tendrán más que «pistolas y cachiporras» y necesitarán la autorización del Shin Beth, el servicio de seguridad interior israelí.
El primer ministro palestino, Ahmad Qureia, decidió que policías palestinos uniformados patrullaran en las ciudades de Cisjordania y de la franja de Gaza para intentar mantener la calma. Sin embargo, Israel prohibió en 2002 que los policías palestinos estuvieran armados.
Cisjordania y la franja de Gaza han sido recientemente escenario de graves disturbios, incluida una serie de secuestros y varios ataques contra edificios gubernamentales.
Por otro lado, según fuentes palestinas de seguridad, el ejército israelí detuvo a ocho activistas palestinos en la región cisjordana de Belén.
