JERUSALEN. AP. El gabinete israelí aprobó ayer una ley polémica que exige a los nuevos ciudadanos jurar su lealtad a un estado judío y democrático. La medida es mayormente simbólica, ya que son muy pocas las personas que piden la ciudadanía israelí y que no son judías. Sin embargo, la frase generó acusaciones de racismo de parte de legisladores israelíes árabes que la ven como un ataque a los derechos de la minoría que representan.
La decisión aumentó las tensiones con los palestinos en momentos en que el diálogo de paz permanecen estancadas por la negativa israelí a extender una veda a las construcciones en los asentamientos judíos. El primer ministro Benjamin Netanyahu la defendió como un reflejo de la esencia del país y dijo que muchos en el mundo buscaban borrar la conexión entre el pueblo judío y su patria.