JERUSALÉN.  AFP.  El general Benny Gantz, nombrado ayer  jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Israel, enfrenta el doble desafío de adaptarse a la nueva situación estratégica resultante de la caída del presidente egipcio Hosni Mubarak y terminar con las «guerras internas» en la cúspide militar.  «El general Gantz es un oficial excelente y un comandante experimentado.

Su nombramiento va a permitir asegurar la estabilidad en el seno del ejército, algo particularmente importante dado que la región se enfrenta a violentas sacudidas», afirmó el primer ministro, Benjamin Netanyahu. El general Gantz -sin carisma pero calificado de «buen soldado» por los medios de comunicación- toma las riendas del mayor ejército de la región en pleno periodo de incertidumbre para el Estado de Israel, tras la caída del presidente Mubarak, expulsado el viernes del poder por la presión de la calle tras tres décadas del reinado. Este nombramiento pone fin a un largo periodo de controversia e incertidumbre. Desde su puesto de jefe de Estado Mayor adjunto, había anunciado el año pasado que se iría del Ejército cuando el ministro de Defensa, Ehud Barak, prefirió al general Yoav Galant para comandarlo.