JERUSALÉN. AFP.  Los israelíes eligen el martes a su primer ministro tras una guerra en Gaza que ha impulsado a la derecha y en un momento en el que el nuevo presidente de EU, Barack Obama, presiona en favor de una reactivación del proceso de paz en Oriente Medio. 

Las legislativas ponen fin a una campaña monótona, dominada por el impacto de la ofensiva israelí contra el movimiento islamista Hamas en Gaza, y marcada por el auge de una extrema derecha virulenta y hostil a la minoría árabe de Israel. 

Esta apatía contrasta con la importancia de los desafíos a los que se enfrentará el próximo gobierno: el riesgo a una nueva confrontación con Hamas, que controla la franja de Gaza, la reactivación de las negociaciones de paz con la Autoridad Palestina, las relaciones con Siria y con Líbano y la amenaza de un Irán nuclear.   Y aunque la distancia entre el partido derechista que encabeza los sondeos, el Likud de Benjamin Netanyahu, y la formación centrista de Tzipi Livni, Kadima, se ha reducido debido, el primero se mantiene como favorito.

EU insiste en paz

El gobierno  de Obama que ha hecho del conflicto israelo-palestino una de sus prioridades, dejó claro que seguirá adelante con sus esfuerzos de mediación independientemente de quién gane las elecciones israelíes.  «Estamos esperando los resultados de las elecciones israelíes para empezar a trabajar con el nuevo gobierno de Israel», dijo la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton.