Israel extiende ataques Líbano

Israel extiende ataques Líbano

BEIRUT (AFP).- El gabinete de seguridad israelí autorizó ayer, miércoles, extender su ofensiva terrestre en el sur de Líbano para lograr neutralizar a Hezbolá, lo que aleja aún más la posibilidad de un alto el fuego inmediato, sobre el que tampoco se pone de acuerdo la comunidad internacional.

Por su parte, Hassan Nasralá, jefe del Hezbolá chiita libanés al que se enfrenta Israel, aprobó la propuesta de despliegue del ejército libanés en el sur del país, controlado por su grupo, alegando que eso ayudaría a que Naciones Unidas adopte una resolución sobre un cese del fuego con Israel.

Un día más el sur de Líbano fue escenario de enfrentamientos entre el Hezbolá y el ejército israelí, que perdió a 11 hombres, según las cadenas árabes Al Jazira y Al Arabiya, mientras que las fuerzas israelíes dieron cuenta por su parte de 15 bajas.

La aviación prosiguió sus bombardeos contra carreteras y puentes de Líbano, con un saldo de al menos nueve muertos, entre ellos un miembro de Hezbolá y seis miembros de su familia, así como dos palestinos del campo de refugiados Ain Helué, según la policía.

Al atardecer, la periferia sur de Beirut volvió a ser blanco de los bombardeos israelíes. Además, la cadena de televisión privada israelí 10 dio cuenta de importantes movimientos de carros blindados israelíes entre Israel y Líbano a última hora del día, mientras el ejército israelí bombardeaba varios puntos del sur de Líbano. Pese a una campaña militar que durante 29 días ha golpeado sin tregua las posiciones del partido chiita libanés, sus milicianos conservan todavía la capacidad de desafiar a Israel.

   Más de 160 cohetes disparados por Hezbolá desde Líbano cayeron el miércoles sobre Israel sin causar víctimas. Además, fuentes de la seguridad palestina dijeron que al menos cinco cohetes lanzados por Hezbolá desde el Líbano cayeron este miércoles en el extremo norte de Cisjordania, sin que informara de víctimas.

   El líder del Hezbolá, que aseguró que su movimiento mantiene intacta su capacidad de disparar cohetes contra Israel, pidió este miércoles a los residentes árabes de Haifa, en el norte de Israel, que abandonen esa ciudad, sin dar más detalles.

   Haifa, tercera ciudad de Israel, ha sido blanco de varios disparos de cohetes del Hezbolá desde el 12 de julio, fecha en que comenzó el conflicto entre el Estado hebreo y el movimiento chiita.

   En Jerusalén, una reunión de seis horas del gabinete de seguridad, dirigido por el primer ministro, Ehud Olmert, desembocó en la “autorización a los planes de Defensa y del jefe del Estado Mayor de una extensión de las operaciones en Líbano”, según el viceprimer ministro y titular de Comercio, Eli Yichai.

   El encuentro fue calificado por los medios como “el más difícil” mantenido hasta ahora por esta instancia desde el inicio del conflicto, el 12 de julio.

   Según Yichai, el primer ministro y el titular de Defensa, Amir Peretz, “deben decidir ahora cuál es el momento oportuno para extender las operaciones”.

   No precisó sin embargo hasta dónde se desplegarán las fuerzas armadas en el interior de Líbano. Tanto Peretz como el Estado Mayor abogan por llegar hasta el río Litani, que corre entre 5 y 30 km desde la frontera hacia el norte del país árabe, o incluso más lejos.

   La ofensiva israelí debería durar “más de 30 días” suplementarios, según Yichai.

   Unos 10.000 efectivos operan en estos momentos en el país vecino para acabar con la lluvia de cohetes de Hezbolá sobre el norte de Israel, que ya se cobró la vida de 36 civiles y 65 militares hebreos desde el 12 de julio.

   Esos disparos obligaron a Israel a proseguir la evacuación de la localidad de Kyriat Chmona, cerca de la frontera con Líbano. Es la primera vez desde la primera guerra árabe-israelí de 1948 que toda la población de una localidad es sacada del lugar.

   A punto de cumplirse un mes del estallido de la guerra, que ha dejado unos 1.100 muertos en Líbano, la mayoría de ellos civiles, y cerca de un millón de desplazados, el Consejo de Seguridad de la ONU sigue encallado ante la necesidad de adoptar una resolución que logre frenar las hostilidades.

   Francia y Estados Unidos trataban de salvar su proyecto de resolución después de que las demandas de Beirut y los países árabes creasen nuevas diferencias entre ellos.

   Los embajadores de Estados Unidos y Francia en la ONU se reunieron para discutir posibles cambios a un proyecto de resolución conjunto que estaba en fase avanzada para su adopción hasta que el Líbano y los países árabes presentaron sus objeciones.

   Los países árabes y Beirut quieren una retirada inmediata de Israel del Líbano y el despliegue de 15.000 soldados libaneses en el sur antes de dar otros pasos hacia la paz.

   Francia parece inclinarse por esa solución, mientras que Estados Unidos comparte la posición de Israel, que quiere que el ejército israelí se retire después del despliegue de una fuerza internacional en el sur del Líbano argumentando que la organización chiita libanesa Hezbolá podría aprovechar el vacío para reforzarse.

   Las pocas posibilidades de que el Consejo adopte una resolución en breve pueden complicarse aún más tras la decisión de Israel de extender sus ataques.

   El presidente francés, Jacques Chirac, admitió que Washington tiene reservas a incluir las demandas árabes y sugirió que su país podría proponer una resolución pidiendo el alto el fuego sin el patrocinio de Estados Unidos.

   Por su parte, el primer ministro libanés, Fuad Siniora, reconoció que “no ha habido ningún progreso hasta ahora” para modificar el proyecto de resolución.

   El embajador francés ante la ONU, Jean-Marc de La Sablière, confió en que el voto se produzca “esta semana”.

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