Por HUSSEIN DAKROUB
BEIRUT (AP) _ La aviación israelí castigó el jueves el sur del Líbano al día siguiente de haber sufrido nueve bajas, su mayor pérdida desde que inició la ofensiva contra el grupo guerrillero Jezbolá.
El gobierno israelí, en su reunión del jueves, decidió no ampliar la ofensiva en el Líbano, informó Radio Israel.
Durante una reunión del gabinete de seguridad, el primer ministro Ehud Olmert dijo que se estaban cumpliendo los objetivos de la campaña, que lleva 17 días. Los ministros decidieron convocar a más reservistas para reforzar sus efectivos en el Líbano, informó la radio.
Los ministros dijeron que la convocatoria a tres divisiones adicionales de reserva, con miles de efectivos, tenía el objeto de dar descanso a los soldados en el Líbano. Pero la gran magnitud de la movilización suscitó interrogantes acerca de la estrategia militar global.
Israel lanzó una ofensiva en Gaza después que milicianos palestinos de Hamas capturaron un soldado israelí el 25 de junio. En medio de ese conflicto, Jezbolá capturó a dos soldados el 12 de junio en una incursión a través de la frontera, lo que provocó el asalto en gran escala al Líbano.
Hasta ahora, 16 días de bombardeos y encarnizados combates en tierra no han podido impedir las andanadas de cohetes de Jezbolá. El miércoles los guerrilleros lanzaron 151 cohetes al norte de Israel.
El jueves, un cohete de Jezbolá alcanzó una fábrica química en Kiryat Shemona, una población del norte de Israel, dijeron funcionarios de seguridad.
En principio no se conocía el tipo de sustancias afectadas ni la magnitud de los daños.
Las fuerzas israelíes advirtieron a los libaneses en el sur que sus aldeas quedarían «totalmente destruidas» si se disparan cohetes desde ellas.
Entretanto al-Qaida amenazó con realizar nuevos ataques en respuesta al ataque israelí al Líbano, en sus primeras declaraciones luego de tres semanas de combates.
La amenaza de al-Qaida, en un video de Ayman al-Zawahri, lugarteniente de Osama bin Laden, fue la primera señal de que la red terrorista pensaba explotar las ofensivas de Israel contra Jezbolá en el Líbano y contra Hamas en Gaza para convocar a las milicias islámicas y ampliar el combate.
«No podemos mirar cómo los obuses queman a nuestros hermanos en Gaza y el Líbano y quedarnos de brazos cruzados, humillados», dijo al-Zawahri, y añadió que «el mundo entero es un campo de batalla abierto frente a nosotros».
«La guerra con Israel no depende de ceses de fuego. Es una yihad (guerra santa) por amor a Dios y durará hasta que (nuestra) religión triunfe… de España a Irak. Atacaremos en todas partes», dijo.