TEL AVIV, Israel— Israel atacó objetivos militares en Irán de madrugada en lo que calificó de respuesta a la andanada de misiles balísticos disparados por la República Islámica sobre Israel a principio de mes.
El ejército israelí explicó que su aviación atacó instalaciones utilizadas por Irán para fabricar los misiles disparados en su contra, así como sitios de misiles tierra-aire. Por el momento se desconocía si se habían alcanzado instalaciones petrolíferas o de misiles — lo que podría suponer una escalda más grave — e Israel no ofreció una evaluación inmediata de los daños.
Se escucharon explosiones en la capital iraní, Teherán, aunque la República Islámica insistió en que causaron apenas “daños limitados” y la prensa estatal iraní restó importancia al operativo. El ejército de Irán reportó la muerte de dos de sus soldados en el ataque, según la televisora iraní Al-Alam.
Este incidente podría acercar a los archienemigos a una guerra total en un momento de creciente violencia en Oriente Medio, donde los grupos insurgentes respaldados por Irán —como Hamás en Gaza y Hezbollah en Líbano— ya están en guerra con Israel.
Tras los ataques, el Ministerio de Exteriores iraní indicó en un comunicado que tenía derecho a la autodefensa y que “se considera con el derecho y la obligación de defenderse contra actos de agresión extranjeros”.
El primer ataque directo de Israel contra Irán
“Irán atacó Israel en dos ocasiones, incluyendo lugares en los que puso en peligro a civiles, y ha pagado el precio por ello”, indicó el vocero militar israelí, el contraalmirante Daniel Hagari, en una declaración en video. “Estamos centrados en nuestros objetivos de guerra en la Franja de Gaza y en Líbano. Es Irán quien sigue presionando para una escalada regional más amplia”.
Fotos y videos distribuidos por Israel mostraban al primer ministro, Benjamin Netanyahu, vestido con una chaqueta informal de color negro, y al ministro de Defensa, Yoav Gallant, reunidos con asesores militares y otros en una sala de conferencias de un centro de mando y control del ejército en la base militar de Kirya, en Tel Aviv.