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CAMPO DE REFUGIADOS DE NUSSEIRAT, Franja de Gaza, (AFP).- Catorce palestinos, entre ellos nueve activistas del grupo radical Hamas, murieron el domingo durante una incursión del ejército israelí en la franja de Gaza, mientras las fuerzas de seguridad del estado hebreo estaban en pie de guerra por miedo a atentados con motivo de la fiesta judía de Purim, que se celebra domingo y lunes.
Alrededor de 10.000 palestinos prometieron vengarse el domingo en los funerales de la mayoría de las víctimas de esta operación llevada a cabo de madrugada en los campos de refugiados de Nusseirat y Bureij.
Según varios testigos, unos 30 tanques y todoterrenos israelíes apoyados por dos helicópteros Apache se apostaron a la entrada de Bureij por la noche. Tras tomar el control de algunos edificios, los militares anunciaron por altavoces que imponían el toque de queda e instaron a los habitantes a quedarse en casa.
Pero unos 1.500 habitantes del campo se congregaron a la entrada dando paso a violentos enfrentamientos. Varios residentes del campo aledaño de Nusseirat se sumaron a la manifestación lanzando piedras y botellas incendiarias, a lo que los soldados respondieron abriendo fuego.
Hamas reconoció que nueve combatientes de su brazo armado, las brigadas Ezzedin al-Qassam, murieron en la operación lanzada por Israel supuestamente para «impedir atentados terroristas anti-israelíes».
Ismail Haniyé, un jefe del Hamas en Gaza, afirmó a la AFP que «esta masacre será castigada».
«Nos hará más fuertes y decididos para continuar la resistencia», dijo.
Un jefe local de las Brigadas al-Qassam, Hassan Zahot, de 44 años, figura entre los muertos, al igual que dos niños y un adolescente. Otros 93 palestinos resultaron heridos.
Las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa, vinculadas al movimiento Fatah del presidente de la Autoridad Palestina Yasser Arafat, prometieron en un comunicado una «dolorosa venganza» contra el enemigo sionista.
El jefe del estado mayor del ejército israelí, el general Moshé Yaalon, advirtió que lanzarán «otras operaciones ofensivas».
El general dijo que no descartaba que «el aumento de los ataques terroristas esté relacionado con el plan de separación» con los palestinos del primer ministro Ariel Sharon.
La Autoridad Palestina condenó la incursión y anunció que hará lo posible para reunir al Consejo de seguridad de la ONU, al que pedirá que «imponga sanciones contra el gobierno israelí», indicó a la AFP Nabil Abu Rudeina, asesor de Arafat.
El ejército israelí cerró hasta nueva orden Erez, principal paso entre la franja de Gaza e Israel, así como la zona industrial cercana, después de la muerte el sábado de dos policías palestinos en un doble atentado frustrado contra un retén en las inmediaciones.
Además, en ese doble atentado fallido murieron cuatro kamikazes, según un último balance conjunto del Hamas, de la Yihad islámica y de las Brigadas Al-Aqsa.
Desde el comienzo de la Intifada en septiembre del 2000, murieron 3.820 personas, de las cuales 2.866 eran palestinos y 886 israelíes.
