UBI RIVAS
El 16 de noviembre último, a iniciativas del presidente del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, se anunció desde Gerona una propuesta de paz para Palestina, avalada por Francia e Italia, que fue ipso facto rechazada por el Estado de Israel.

La iniciativa-propuesta se enmarca en los parámetros de propiciar una conferencia de paz, previo al cese de la violencia entre israelíes y palestinos y canje de prisioneros.

También incluía en el temario la formación de un gobierno de unidad nacional palestino y el envío de una comisión observadora en el área, en alusión a la porfía censurable y absurda entre Hamás y Al Fatah, que nunca debió producirse y que ha debido diluirse para unidos, concentrar esfuerzos de paz para concertar un acuerdo definitivo con Israel.

El Estado de Israel exige a Hamás reconocerlo como paso previo a futuras negociaciones, pero el asesinado Rais Yasser Arafat lo hizo y las negociaciones en vez de prosperar, Israel lo que procedió fue a confinarlo en La Mukata en Ramala.

El presidente Rodríguez Zapatero extornó su intención de contribuir a superar la espiral de violencia que signa a Palestina, recrudecida por la vesania del ejército israelí que ocupa ilegalmente la franja de Gaza y Cisjordania, en franca violación a los acuerdos de Oslo y Wye River de 1993, refrendados por el presidente Bill Clinton en la Oficina Oval.

El presidente francés Jacques Chirac, por su parte, estimó que la Unión Europea “no puede permanecer inactiva frente a la dramática situación de Oriente Medio y en particular en Palestina”.

Nueve días antes, en Ciudad del Vaticano, el papa Benedicto XVI también manifestaba su preocupación por el escenario dantesco de Palestina.

Para la ocasión, el supremo jerarca de la Iglesia Católica encareció a las partes involucradas en un conflicto que ya lleva 58 años, trabajar para frenar el derramamiento de sangre y reanudar de inmediato las negociaciones de paz, puntualizó el Sumo Pontífice católico.

El 17 de noviembre último, las Naciones Unidas condenaron, en un proyecto de resolución que no prosperará por el inminente veto en el Consejo de Seguridad del máximo foro mundial, la masacre incurrida por Israel el día ocho de noviembre último en la aldea palestina de Beit Hanun, donde perecieron por criminales disparos de misiles 19 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, como reporta AFP.

Es precisamente por el permanente veto de condena a Israel por sus excesos de lesas humanidad en Palestina que siempre presenta el imperio, por esa lengua manifestación censurable a la impunidad y la barbarie, que Israel se envalentona y hace caso omiso de la ONU, El Vaticano, la Unión Europea y las voces ecuánimes de los organismos que monitorean a los gobiernos en la disciplina de los derechos humanos.

Sin el apoyo de USA, Israel procedería idéntico a los españoles como lo refirió Sir Francis Drake a una pregunta de la reina de Gran Bretaña, Isabel I, que cual era su conducta, y el otrora corsario le respondió que los más amables del mundo cuando están amarrados.

Ninguna resolución de la ONU, ni iniciativa de la UE, El Vaticano o cualquier otra dimensión estatal prosperará para ganar la paz en Palestina mientras el imperio no reflexione cual ha sido la consecuencia de su apoyo a Israel en cinco guerras contra los palestinos, 1948, 1967, 1973, 1982 y 1988, en que su pueblo ha logrado imponerse, nunca vencer, porque vencer es superar los inconvenientes y obstáculos que produjeron los conflictos, y en Palestina las porfías están intactas y la capacidad de resistencia y lucha de los palestinos también intacta.