Israel reconoce libró batalla sin precedentes

Israel reconoce libró batalla sin precedentes

Jerusalén (EFE).- El Ejército israelí afirma que ha librado una batalla “sin precedentes” contra una fuerza, el grupo chíi Hizbulá, que tiene “más medios que muchos ejércitos”, pero sigue “la lógica del terror”.

Este es el balance que presentaron ayer a la prensa los generales Ido Hehushtan y Yossi Kuperwasser ex jefe del departamento de estudios de los servicios de inteligencia del Ejército.

Hizbulá, dijo el primero, es “un ejército de terror…con medios superiores a los de muchos ejércitos porque Irán ha invertido en él miles de millones” y lo ha convertido en “su comando oeste”.

La guerrilla disponía de un sistema de comunicaciones muy avanzado, de infraestructuras, de armamento (“unos 1.000 misiles de largo alcance, algo que tienen pocos ejércitos”, dijo Hehushtan) que impresionaron a sus adversarios, si bien Kuperwasser afirmó que Israel estaba informado prácticamente de todo lo que tenía Hizbulá.

Los dos militares aseguraron que habían logrado los objetivos de la operación contra Hizbulá, interrumpida a las 05:00 GMT de hoy por un alto el fuego de la ONU, pese a que el grupo chíi conservó su capacidad de atacar Israel con misiles “casi hasta el último minuto”, afirmó Hehushtan.

El objetivo de la operación contra el sur de Líbano, que se prolongó algo más de un mes, no era destruir “hasta el último misil de Hizbulá”, algo que no se podría conseguir, reiteraron los militares, sino debilitarlo y, sobre todo, crear las condiciones para la solución política que se ha alcanzado en la ONU.

A largo plazo, señaló el ex mando de los servicios de inteligencia, habrá que desmantelar a Hizbulá, y eso compete al Gobierno de Líbano y a la comunidad internacional. Esta tiene “una ocasión de oro” de plantar cara “a la amenaza iraní”.

“Ahora -dijo Hehushtan- Hizbulá está debilitado, es hora de ir un poco más lejos y cambiar Oriente Medio”.

Eso dependerá, añadieron ambos, de que se cumpla sobre el terreno la resolución de la ONU, de que el Gobierno de Líbano recobre la soberanía sobre todo su territorio, y de que cese el tráfico de armas para la guerrilla.

Kuperwasser afirmó que en Siria se “amontonan” en este momento las armas destinadas al grupo chíi.

En la resolución de la ONU se prevé que, una vez en vigor el alto el fuego, el Ejército de Israel pueda actuar en defensa propia si es atacado por guerrilleros, pero se no contempla respuesta en caso de tráfico de armas ilícito.

   Preguntado sobre ello, Kuperwasser se limitó a decir que si se volviera a la situación de antes del conflicto, “la guerra no habrá acabado”.

   Señaló, no obstante, que Damasco no quiere “verse involucrado directamente”, aunque “haya creado ese monstruo que es Hizbulá”.

   Líbano, por su parte, será el verdadero ganador de esta contienda si logra imponer su autoridad, opinó.

   Los militares no quisieron precisar cuantos soldados israelíes hay aún en el sur del Líbano, pero Hehushtan confirmó que han empezado los contactos con la parte libanesa y la ONU para poner en marcha el relevo sobre el terreno.

   En cuanto a Hizbulá, su líder Hasan Nasrala, trata de “mantenerse vivo” políticamente, pero, afirmaron ambos militares, la guerra lo pilló por sorpresa, pues pensaba con sus fuerzas disuadir a Israel, y ahora ha tenido que “ceder su reino”, el sur de Líbano.

   “Es muy importante que ahora sea la comunidad internacional y no Hizbulá e Irán quienes reconstruyan” esa región, señaló Kuperwasser.

   Los militares recalcaron también que la “naturaleza única” de esta guerra se ha debido al hecho de que Hizbulá, “al ser un grupo terrorista”, tiende a considerar los civiles como un blanco.

   “Hizbulá ha manipulado a un grupo de civiles (los libaneses en cuyas casas instaló sus misiles) contra otro (los habitantes de las ciudades israelíes que bombardeaba)”, dijo Hehushtan.

   El militar se lamentó de que la prensa internacional condenara a Israel y no a Hizbolá que utilizaba a su población como escudo humano. En el mundo penal, “quien utiliza un escudo humano es el culpable”, señaló y argumentó que el Ejército israelí no tenía más remedio que actuar en protección de su propia población.

   En esta campaña, informaron los generales, Israel ha llevado a cabo 15.000 operaciones aéreas contra 7.000 objetivos.

   El que el enemigo no se haya rendido no es significativo, dijo Kuperwasser: “los terroristas no capitulan”.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas