Israelíes lloran al Papa, considerado buen amigo

Israelíes lloran al Papa, considerado buen amigo

JERUSALEN (AP).- En una muestra de afecto, los israelíes recordaban el domingo al papa Juan Pablo II como un verdadero amigo que contribuyó a restañar los vínculos entre cristianos y judíos, acogió a sobrevivientes del Holocausto con gestos bondadosos y se mantuvo en contacto con amigos judíos de su niñez.

El primer ministro Ariel Sharon le rindió tributo al comienzo de la reunión semanal de gabinete, diciendo que la contribución del pontífice polaco a la tolerancia religiosa «nos acompañará durante muchos años»».

La prensa israelí dedicó sus primeras planas a la muerte del Papa, y la radio y la televisión iniciaron sus informativos con las noticias del duelo mundial.

Muchos israelíes se forjaron su primera impresión del Papa durante la peregrinación que hizo en el 2000 a Tierra Santa. Se alentaron por las disculpas que dio por los sufrimientos judíos a manos de cristianos, que incluyó en una nota que depositó en un intersticio del Muro de los Lamentos, el lugar más sagrado para los judíos.

El domingo, ancianos sobrevivientes del Holocausto recordaron su infancia junto con Karol Wojtyla en la pequeña ciudad polaca de Wadowice, como también sus encuentros con el joven seminarista hacia fines de la Segunda Guerra Mundial.

Una sobreviviente, Idit Tzirer, dijo que en 1945, a los 13 años, acababa de ser liberada de un campo de concentración nazi y estaba demacrada y débil como para caminar, sentada en una esquina sobre la nieve, cuando apareció Wojtyla.

«De pronto se apareció, como un ángel del cielo, cuando nadie más se fijaba en mí»», dijo a la radio israelí. «Me trajo una taza de té caliente y dos grandes rebanadas de pan y queso… Después de un rato me preguntó si yo quería irme de allí y le dije que deseaba ir a Cracovia, pero que no podía caminar, de modo que me cargó en su espalda, como un saco de harina, y me llevó, cuatro o cinco kilómetros»».

Yosef Binenstock, de 85 años, nacido en Polonia y sobreviviente de los campos de exterminio nazis, escribió un emotivo tributo en el diario israelí Yediot Ahronot sobre su amigo de la escuela primaria. Binenstock dijo que a veces se copiaba los deberes de Wojtyla.

Los dos compartieron la misma aula durante cuatro años y después siguieron siendo amigos de vecindario hasta 1939, cuando Binenstock y otros judíos fueron conducidos a campos de concentración alemanes.

Poco después de asumir como Papa en 1978, Juan Pablo hizo colocar una lápida de mármol sobre la tumba del hermano de Binenstock, que había regresado a Wadowice después de la guerra y que murió poco después. Muchos de sus familiares murieron durante el Holocausto.

Binenstock dijo que habló por última vez con el Papa durante el peregrinaje a Tierra Santa hace cinco años. Desde entonces los dos mantuvieron contacto, se intercambiaron correspondencia y tarjetas navideñas.

«Hoy estoy triste. Triste por la muerte de un Papa que tenía gran respeto y simpatía por la nación judía. Y estoy especialmente triste por tu muerte, Karol, amigo mío desde primer grado»», escribió Binenstock en Yediot.

 

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