Italia, el país de “la mejor pizza”, “las mejores pastas”…

Italia, el país de “la mejor pizza”, “las mejores pastas”…

EFE.  Reportaje.  Los alimentos no sólo entrañan un duelo entre regiones, que se disputan “la mejor cocina”. También los locales legendarios que presumen tener “la mejor pizza del mundo”, “el mejor café del mundo” o “el mejor tiramisú del mundo”, como es el caso de Pompi, un legendario local romano, hacen de sus mesas escenarios de competición gastronómica.

Pero Roma está poblada de rincones exquisitos donde encontrar “los mejores” -en plural- helados, cafés, pizzas y dulces, y sólo basta callejear para degustarlos. El mejor sabor puede estar en el rincón más inesperado.

A la hora de comer, prima la pasta. La asociación internacional Slow Food, fundada en 1986 por Carlo Petrini con el objetivo de difundir la diversidad de sabores, recetas y productos italianos, rompe la leyenda que dice “no” a la pasta en una dieta.

“La pasta no engorda, es un alimento fácilmente digerible que contiene pocas grasas y tiene un bajo valor proteico”, sentencia Slow Food sobre este alimento imprescindible en toda despensa italiana.

La pasta. Los italianos desoyen la atribución de la pasta a Marco Polo y sitúan sus orígenes en la región de Campania. Uno de sus centros de producción es Gragnano, una pequeña ciudad a unos 20 kilómetros de Nápoles, considerada la capital europea de la pasta.

Los líderes de esta tradición son los miembros de la familia Afeltra, legendarios productores de unos famosos macarrones que causan estragos desde principios del siglo XIX, cuando Fernando II de Borbón, al probarlos, espetó: “¡Un macarrón vale cien espaguetis!”.

Esta fábrica produce diariamente 5.000 kilogramos de pasta hecha a mano, dato que refleja su valor artesano, puesto que en las factorías comunes se suelen producir unos 200.000 kilos al día.

La pasta permite inventar ingeniosas salsas de verduras y quesos, carnes y pescados, aunque muchos prefieren potenciar su sabor con especias. Prevalecen la sal y la pimienta -cuya combinación da nombre a un plato romano, “caccio e pepe”-, la albahaca y el orégano. Para aderezar también ensaladas y guisos, Italia es amante del aceite de oliva, como todos los países mediterráneos. Es el segundo productor de aceite de oliva de Europa, con dos tercios de la producción de extra-virgen y 38 denominaciones de origen reconocidas en la Unión Europea, una identificación geográfica que se aplica para proteger legalmente los alimentos. El “oro líquido” puede ser también un complemento al vinagre de Módena, denominado “aceto balsámico” y originario de la ciudad del norte del país que lleva su nombre. Un producto también símbolo de la “filosofía slow”, por sus propiedades curativas, que se encuentra en cualquier mercado y cuyo precio varía en función del productor y de la intensidad de su sabor. Para descubrir la complejidad de su preparación y su sabor dulce, producto de una mezcla de vinos y de una larga maduración en toneles de madera, la ciudad de Módena dedica un museo a esta salsa que tiñe los platos de negro.

Otro de los condimentos más preciados es la trufa blanca de Alba (Piamonte), que los italianos denominan “tartufo” y de la que sólo un kilo puede llegar a costar miles de dólares. Se sirve rallada o cortada en láminas, condimenta embutidos, aceites y salsas.

Una buena ración de pasta debe ir acompañada de queso parmesano, otro de los símbolos del “Made in Italy” alimenticio y también regulado por la Denominación de Origen Protegida.

Las claves

1. Made in Italy

El culto al gusto forma parte de la idiosincrasia de Italia desde los tiempos remotos del Imperio, pero el orgullo del “Made in Italy” es rabiosamente actual.

2.  ¿Origen?

 Los italianos desoyen la atribución de la pasta a Marco Polo y sitúan sus orígenes en la región de Campania. Uno de sus centros de producción es Gragnano, una pequeña ciudad a unos 20 kilómetros de Nápoles, considerada la capital europea de la pasta.

3.  Condimento

Otro de los condimentos más preciados es la trufa blanca de Alba (Piamonte), que los italianos denominan “tartufo”  un kilo puede llegar a costar miles de dólares.

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